Nota: 10
Mejor tema: Mr. Tambourine Man.
Peor tema: We’ll Meet Again
1)
Mr. Tambourine Man
2) I’ll Feel a Whole Lot
Better
3)
Spanish Harlem Incident
4)
You Won’t Have to Cry
5)
Here Without You
6)
The Bells of Rhymney
7) All I Really Want to do
8)
I Knew I’d Want You
9)
It’s No Use
10) Don’t
Doubt Yourself, Babe
11) Chimes of Freedom
12)
We’ll Meet Again
[Bonus Tracks]
13) She
Has a Way
14) I´ll Feel a Whole Lot Better
[Alternate Version]
15) It’s
No Use [Alternate Version]
16) You Won’t Have to Cry [Alternate
Version]
17) All I Really Want to Do [Single
Version]
18)
You and Me
Esta es la primera publicación que hago para el blog. Es mi carta de presentación. ¿Y qué mejor que hablar de uno de los grupos de mi vida? The Byrds. Este es uno de los grupos más
olvidados por el gran público hispanoparlante.
Tengo demasiadas cosas que decir de estos pájaros, así que voy a empezar por el
principio. La banda nació en Los Ángeles, en 1964. Comenzaron como un trío
formado por Jim (Roger) Mcguinn, Gene Clark y David Crosby, bajo el nombre de
The Jet Set. A finales de ese año, se sumó el baterista Michael Clarke quien ganó su entrada al grupo más por su presencia y su parecido con Brian Jones, que por su desempeño en la percusión. Pasaron así a llamarse The Beefeaters (aprovechando el tirón de la
invasión británica). Y comenzaron a trabajar en su propia versión del tema Mr.
Tambourine Man, de Bob Dylan. El propio Bob recibió una invitación para ver al
grupo tocar ese tema, y quedó encantado con el resultado. Pese a esto fue recién en noviembre
del 64 que pudieron conseguir un contrato con Columbia Records, y un par de semanas
después decidieron cambiar el nombre del grupo a The Byrds. Las sesiones de
grabación de su debut comenzaron en marzo de 1965 y el disco salió en junio de mismo año.
Bien, esa es la historia más o
menos resumida. Podría haberme alargado más en hablar de todo lo que ocurrió en
el medio, pero me permito el capricho de dejarlo así para pasar a la música lo
más pronto posible, como esos estudiantes que terminan lo más pronto posible
sus trabajos porque están cansados y quieren salir. Antes que nada, quisiera
aclarar algunas cosas sobre este debut y desmentir o corregir otras. Este es
conocido como el primer disco de folk rock de la historia, así como el grupo es
el primero de este género. Antes de Mr. Tambourine Man estaba el propio Bob
Dylan, y existían canciones como House of the Rising Sun de The Animals o Needles
and Pins de The Searchers. Técnicamente no sería el pionero del estilo, pero:
a)
Bob Dylan en un principio era folk. Recién
electrificaría su sonido después de la aparición de esta banda y este debut.
b)
Aquellas eran canciones sueltas. Fueron innovadoras y
se adelantaron al estilo que oímos acá, pero fue el grupo el que terminó de
redondear su concepto y que los temas no quedaran como excentricidades sueltas.
En otras palabras, este disco (y
la banda) no creó la idea de fusionar rock y folk, pero sí que la perfeccionó y
le dio una razón de ser.
También es considerado (como dice
en la propia contraportada de la edición remasterizada) uno de los primeros
discos que rompió con el patrón de que un álbum fuera uno o dos singles y el
resto puro relleno. Es algo con lo que estoy de acuerdo, pero están quienes lo
ponen en cuestión. George Starostin explica que, antes de este, estaban A Hard
Day’s Night de los Beatles, y Today! de los Beach Boys. Prácticamente, tiene
razón (e incluso agregaría a la lista el All Summer Long, también de los Beach
Boys. Hasta puede que hayan otros), pero hay algo que no considera: esos eran
apenas dos discos de los cientos que habían en el mercado, y de los dos grupos más grandes del momento. Que los Byrds no lo
hayan grabado antes no significa que no fuera decisivo para demostrar que era
posible grabar álbumes y no sólo canciones. Demostrar que lo que aquellas dos
bandas lograron no fue por casualidad, y que incluso grupos “menores” podrían
hacer lo mismo. Como George recalca en algunos análisis suyos, también cuenta
como innovador el hacer a la gente consciente de que ciertas cosas son posibles
dentro de la música, aunque no sea uno el primero en hacerlas. Esto es lo que
logra la banda con este debut, y por eso merece la reputación que tiene.
Una mala impresión que podría
dejar esta obra es la de, a diferencia de otros de sus grandes trabajos, ser
más repetitivo, más meloso y que las canciones no varíen demasiado. Algo de
cierto hay, ya que en todas las canciones hay que escuchar la guitarrita de 12
cuerdas y las armonías vocales. No hay una gran variedad de instrumentos y la
fórmula se repite en cada tema. Sin embargo, el grupo es exitoso en crear
diferentes estados de ánimo con estos pocos elementos. Es decir, puede ser
formuláico, pero jamás monótono o redundante. En esto también logran parecerse
a Dylan, creando múltiples sensaciones repitiendo un patrón. Hay temas más
alegres, otros más oscuros, otros más melancólicos. Se notan diversas
influencias, y da como resultado una especie de eclecticismo en pañales, al que
le falta crecer y desarrollarse, pero que está ahí.
Respecto al nivel de las
canciones… bueno, pueden ir un poco más arriba y ver todo el rojo que hay. Es
una de las mejores seguidillas de temas que haya escuchado jamás, donde hasta
el más flojo tiene alguna gran melodía o arreglo. Para ser uno de los primeros
discos consistentes del rock, lo cierto es que lo que vendría no mejora
demasiado lo que se escucha acá. No es mi álbum preferido del grupo, pero sí
que es el más sólido y el único al que no le falta ni le sobra nada. Hasta me
animaría a decir que es mi debut favorito, superando a cosas como Led Zeppelin
I, The Doors, Appetite for Destruction. No necesariamente es más maduro o tiene
mejores canciones que aquellos, pero me deja una sensación de solidez y me hace
disfrutar de formas que aquellos no logran. Al menos esa es mi opinión.
¿Qué mejor forma de arrancar que
con los dos hits más representativos? Primero, el tema título. El grupo traduce
ese rústico tema acústico y folk al prolijo y amigable idioma del rock pop
beatle, pero sin perder nada de la emoción que transmitía el original. El riff
es encantador, y la voz de Mcguinn mantiene la calidez de la de Bob, con el
plus de que es un cantante mucho más melódico, no tan rasposo y
nasal. Tuvieron que cortar algunos versos para adecuarse a los dos o tres
minutos estándar de las radios, pero nunca llega a sentirse incompleta, sino
que dura lo que tiene que durar. Con este tema, ayudarían a acercar la
intelectualidad del folk y el estilo de la música tradicional americana a las
generaciones jóvenes de aquel entonces. Es que es la perfecta mezcla de la
inocencia del pop de la primera mitad de los 60 con la madurez artística que
lograría la música popular dentro de unos años. Los Byrds es una de esas bandas
que me hacen difícil el elegir temas favoritos de ellos, pero este seguro que
está en el Top 10.
Le sigue I’ll Feel a Whole Lot
Better, por lo que el grupo se presenta al mundo con un cover y un original,
sólo para demostrar que en ambas cosas son sobresalientes. Tiene un excelente
riff de guitarra tomado prestado de la ya mencionada Needles and Pins de los
Searchers (y que Pete Townshend tomaría de acá para So Sad About Us), pero que
la banda hace suyo. No es su único atractivo, sino que la melodía vocal es
esplendorosa, las armonías son (casi) de lo mejor que se haya escuchado y, en
general, contagia alegría y ganas de vivir. Charly García haría su versión de
este tema (con el nombre de Me siento mucho mejor), que es buena, pero no
supera a la original.
Se me haría largo entrar
demasiado en detalles, pero voy a intentarlo. Here Without You y I Knew I’d
Want You son canciones más oscuras que lo que se hacía en esa época, y ambas
son excelentes. La primera tiene algo de amargo y de dulce al mismo tiempo, con
un estribillo intenso. A la otra le percibo algo de agresivo, y me resulta
tenebroso ese “I meet so many people/I feel I don’t know”. Esa partecita me hace acordar al “If you will
stay here with me forever/I want you to know that my love for you will never
die” de su tema inédito Tomorrow is a Long Ways Away. Y los últimos
acordes de la canción me suenan a One Rainy Wish, de Hendrix. A lo mejor es una
impresión mía, pero le daría solidez a la creencia común de que todo ya está
hecho. También puede ser que la oscuridad de estos temas sea algo blanda e
inofensiva a comparación de muchas cosas que vinieron después, pero yo sigo
sintiéndolas muy cargadas de sentimiento y de sinceridad. Más covers de Dylan.
De Spanish Harlem Incident me gusta mucho su estribillo, de All I Really Want
to Do me gusta la cadencia de los versos y, otra vez, ese estribillo armónico;
y Chimes of Freedom me resulta una de las versiones más infravaloradas que hizo
el grupo. Tiene un tono más de “canción de protesta”. Puede que fuera la
intención del tema original, pero los Byrds nunca se caracterizaron por sonar
combativos. Acá lo logran. Cuando llega ese estribillo, parecieran las campanas
de la libertad mismas. Ese estribillo es demasiado parecido a la melodía de los
versos, pero es que así se crea una sensación de continuidad natural entre uno
y el otro. También me gusta como reemplazan por “dididis” la armónica. Contra
todo pronóstico, queda muy bien.
Me llama la atención que You
Won’t Have to Cry empiece con un riff de guitarra parecido al de You Can’t Do
That de los Beatles, pero se desarrolla como otra proeza de las armonías
vocales, y su sonido encaja con el título. El grupo logra invitarlo a uno a dejar
la tristeza atrás, a pesar de su letra algo tonta. Sin dudas, logra poner de
buen humor. El último original del que queda hablar es It’s no Use. Se acerca
al sonido psicodélico que se volvería una moda durante el siguiente par de
años. La magnífica guitarra da una sensación lejana por momentos, de estar
sonando muy distante de las voces, y me gusta la forma en que se encadenan los
versos y el estribillo, dando la misma sensación de continuidad entre ambos que
en Chimes of Freedom. La melodía también es fantástica, por si hacía falta
decirlo.
Mi cover favorito del disco
(después de Mr. Tambourine Man) es The Bells of Rhymney, de Pete Seeger (aunque
la letra es de Idris Davies). Me suena a que encajaría perfectamente en el Pet
Sounds, que saldría al año siguiente. Tiene un aire melancólico y de procesión
absolutamente arrasador, que no se compara con nada. Las armonías vocales son,
probablemente, las más hermosas del disco (que no es poco decir). La melodía es
de una fragilidad y belleza indecibles, y ese pequeño solo arpegiado del minuto
1:40 es precioso, aunque dure sólo unos segundos. Esto es rock cristiano,
prácticamente. No escuché mucho del estilo, pero estoy seguro de que cada
canción o disco grabado se queda corto ante la magnificencia de esta joya. Por
cierto, George Harrison se inspiraría en el arpegio de este tema para componer
If I Needed Someone. Don’t Doubt Yourself Babe se caracteriza por una
introducción que juraría que inspiró a los Guns and Roses para la intro de
Paradise City si no fuera porque ellos son bien corrosivos y sexosos y no van a
andar escuchando estas cositas tiernas y suaves al oído, y por tener algo
cercano al country. La compuso Jackie DeShannon para el grupo, por lo que es
obvio que no iba a tener el nivel de un original. Es agradable, sin ser un
clásico.
El álbum cierra con We’ll Meet
Again que, según tengo entendido, la grabaron después de haberla escuchado en
la película Dr. Strangelove de Stanley Kubrick. Es la más floja de todas, pero
tampoco es mala, y me gusta que suene como una despedida. “Nos volveremos a
ver” nos dicen. Sí, nos volverían a ver con un segundo disco que continuaría la
línea de este, pero ya vamos a llegar a eso.
Como es costumbre, la edición
remasterizada trae bonus tracks, de los cuales la mayoría son versiones alternativas de las que no me
interesa hablar. Voy a hablar de los temas inéditos. She Has a Way empieza con
una guitarra algo grandilocuente y desarrolla una buena melodía inspirada en
esa misma guitarra. No me hubiera disgustado que apareciera en el disco. You
and Me es un instrumental que me sorprende por ser bastante rockero y agresivo,
al menos para el estándar de la banda. Tiene energía y algo de poder. Estoy
seguro de que la hubiera preferido en el Fifth Dimension en lugar de la insulsa
Captain Soul.
En conclusión, un maravilloso
primer intento de la banda. Después sacarían discos más maduros y ambiciosos,
entre los que se cuenta su obra cumbre. Pero nunca volvieron a entregar una
obra tan consistente, sin el más mínimo atisbo de aburrimiento. ¿Que está
fechado? Un poco, pero al menos el nivel de las canciones compensa ese defecto.
Ya de por sí es difícil sacar un disco debut realmente bueno, en el que no
impere el entusiasmo sobre el talento. Que ellos hayan hecho un disco donde hay
tantos clásicos juntos, en una época en la que el rock todavía no era la gran
cosa y que, encima, ni siquiera sea su mejor trabajo, sólo habla de una banda
de élite. Un álbum no solo revolucionario, sino también magnífico y disfrutable
hasta el último detalle. Si no conocen al grupo, vayan y escúchenlo ya mismo.
Si ya lo conocen, vayan a escucharlo de nuevo. Y no se olviden de comprarlo y
atesorarlo.

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