jueves, 11 de mayo de 2023

Los fabulosos cadillacs - Yo te avisé!!


Nota: 7
Mejor tema: El genio del dub.
Peor tema: Muy muy temprano.

1)      El genio del dub
2)      Botellas rotas
3)      Mi novia se cayó en un pozo ciego
4)      Una ciudad llamada vacío
5)      Cadillacs
6)      Yo no me sentaría en tu mesa
7)      Yo te avisé
8)      Muy muy temprano
9)      Estoy harto de verte con otros
10)    Aún los escuchamos cantar


Bastante bastante mejor. Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para los Cadillacs. Aunque un disco de siete puntos no pueda ser considerado como algo para festejar con champán, sí que es un avance considerable con respecto a los que nos había mostrado el debut. Ahora mismo les desarrollo esto.

Como ya sabemos, el primer disco de la banda no había sido del todo bien recibido por la crítica (y con justa razón, como ya hemos visto). Este fracaso hizo que la disquera con la que grababan diera por finalizado el contrato. Sin embargo, los Fabulosos Cadillacs estaban decididos a demostrarles a todos (entre los que me incluyo) que lo suyo iba en serio. «En serio» en el sentido de no ser serios en el fondo pero sí en la forma, si entienden a lo que me refiero. De hecho, el nombre del disco hace referencia a que ellos sabían que iban a ser una sensación, aunque los profesionales no les hicieran caso. Fue así que consiguieron un contrato con CBS. Esta obra se conforma de temas que venían ensayando en bares y fue producida por Andrés Calamaro, grabada y lanzada a la venta en 1987. Su misión (ser tomados en cuenta) fue cumplida, por lo que ganaron respeto (como en la mayoría de las misiones de GTA San Andreas) y hasta se pudieron permitir dar recitales fuera del país, llegando incluso a ganar la certificación de doble disco de platino. Nada mal para su segundo intento.

Ahora, ¿está la obra a la altura de semejante éxito? Y… esto depende de con qué ojos lo miremos. Si lo vemos desde la calidad intrínseca del disco, es un poco exagerado tanto quilombo por un disco meramente decente con apenas un par de clásicos. Sin embargo, el contexto es importante (¿cuándo no lo es?). Si lo analizamos en su época y lugar, sí merece la gloria que cosechó, ya que la fusión de estilos que proponen los músicos era muy novedosa, además de que seguramente el disco era de lo mejor que había dentro del mainstream. Digo, había grupos mejores haciendo cosas mejores, seguro, pero no eran lo bastante reconocidos ni encajaban tan bien con el gusto popular. Era una lotería, y los Cadillacs sacaron el premio gordo no solo por suerte, sino también por inteligencia. Y es que, una vez más, hay avances por todos lados. Las canciones, aunque no sean la maravilla, suenan más pulidas y acabadas, el sonido es mucho mejor, comienzan a meter más influencias de la música con la que se sienten cómodos (como el reggae y el dub) a la vez que van eliminando los elementos que no van con su sonido. También, y esto merece un apartado en sí mismo, los benditos teclados por fin suenan bien. Estas diez canciones no forman un conjunto muy diferente del debut en lo estilístico (incluso con los nuevos ritmos que exploran), pero a la vez se nota que hubo más esfuerzo en la composición. Aplaudo eso.

De hecho, las primeras cinco canciones son muy pero muy buenas, y podría haberle subido un puntito al disco de haber consistido solamente en ellas, como un EP. Los dos grandes clásicos son los dos temas más conocidos. El genio del dub empieza el disco en una nota altísima, con esos toques ceremoniosos de platillos y su guitarra de tintes psicodélicos. Estos primeros treinta y cinco segundos ya valen más que todo el disco anterior, y después se pone mejor con su dub pletórico de trompetas y percusiones sabrosas. Además, me gusta cómo la letra parece ser una sátira a esa gente con vibras de gurú que se hacen los boludos frente a los problemas del mundo y que no se dan cuenta de que son parte del problema. En ese contexto, el ritmo del tema crea una ironía genial. Mi otra favorita es Mi novia se cayó en un pozo ciego, que es famosa por ser una de las primeras canciones del rock argentino en incluir una palabra malsonante (aunque sea levemente) como lo es «carajo», pero lo importante está en la música. El tecladito de feria del que tanto me había quejado en el pasado hace de acompañamiento ideal en esta ocasión, la melodía mareante y jocosa de trompetas es fantástica, y el estribillo a varias voces es un garco de risa. Es una canción ridícula, pero de esa clase de ridiculez premeditada que resulta más simpática que vergonzosa. Me encanta. Y las otras tres canciones de la primera mitad tampoco tienen desperdicio. Botellas rotas tiene un «empuje» más punk pero nunca pierde ese sentido caribeño y fiestero gracias a sus melodías y arreglos. La melodía está buena y me pone de buen humor, así que la apruebo. Una ciudad llamada vacío abre la puerta y se va de la fiesta que es el resto del disco, ya que tiene un tono más solemne y decadente. No pierde el ritmo, pero tampoco es lo que pondría para animar un cumpleaños de 15. Está en un punto medio bastante difícil de encasillar, pero vuelve a estar muy bien armada y no le faltan buenos clímax. Por último, Cadillacs es quizás lo mejor de lo menos mejor de lo mejor entre lo mejor de este disco. Un instrumental de dos minutos que tiene un ritmo de bajo muy new wave y un humeante solo de teclado. Es de las que más me recuerda en su estilo al debut, pero está mucho más trabajada que casi cualquier cosa de allá. Notable primera mitad.

Tristemente, la segunda mitad no logra ese alto nivel. No hay nada ofensivo como en el primer disco, pero nada notable como la racha que venían manteniendo acá. El tema titular tiene una melodía bastante pegadiza, pero digamos que sí llega a dar un poquito de vergüenza si estamos distraídos. Fue el tema más exitoso del grupo por un tiempo, y la verdad es que a veces no entiendo el gusto de la gente. Yo no me sentaría en tu mesa combina ritmos caribeños con coros a lo Ramones, y funciona hasta cierto punto, pero no me da la sensación del grupo funcionando a tope. Igualmente, lo peor es la tríada de cierre. Tres canciones demasiado largas, de las cuales Muy muy temprano es la menos estelar. Sigue un estilo reggae a la manera de Sumo y, por muy interesante que pueda ser escuchar a los Cadillacs jugando a ser Sumo, seis minutos con divagues y alargues innecesarios de por medio no conforman el mejor homenaje que podrían haberle hecho a Luca Prodan. Estoy harto de verte con otros intenta algunos cambios de ritmo que, si bien salvan al tema de la monotonía, no alcanzan a crear algo memorable. Por último, Aún los escuchamos cantar intenta ser un canto reivindicativo, pero aun así no me gusta demasiado. Entiendo la intención, pero para que resulte en algo sentido se necesita cierto talento y precisión que todavía no manejaban. No sé ustedes, pero yo no puedo asociar esa intro de teclado y esa melodía con un canto conmovedor. Supongo que es cuestión de estilo (Bob Marley también hacía canciones combativas con ritmos caribeños, por ejemplo), pero este tema en particular no me llega, así que será más problema del grupo que de otra cosa.

Pero no importa ya que, tanto en lo mejor como en lo peor, este disco es un gran avance para la banda. Solo El genio del dub y Pozo ciego pueden considerarse clásicos Cadillac, pero recordemos de dónde venían. Poder entregar dos temas de ese nivel después de no haber embocado una con «Bares y fondas» debería ser considerado un logro. Y nuestro problema como consumidores de artistas consagrados es que rara vez analizamos sus discografías como conjunto ni nos ponemos a comparar escalonadamente su obra. Que los primeros discos de un artista o banda sean ya obras excelentes y consistentes de pies a cabeza es algo más raro de lo que pudiéramos pensar. Incluso entre quienes arrancan con obras maestras, estas suelen ser trabajos de un espíritu muy adolescente y amateur. Esta es una de las entregas más flojas de los Cadillacs a nivel global, pero lo único con lo que podían compararse en su momento era con su debut y, bajo esa luz, es un disco notable de una banda emergente. Hay discos latinos populares mucho mejores hoy en día, pero no sé cuántos había en ese momento, así que lo recomiendo desde una perspectiva histórica. Yo les avisé.

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