martes, 9 de octubre de 2018

The Stone Roses - The Stone Roses



Nota: 9+
Mejor tema: I Wanna Be Adored
Peor tema: Don’t Stop

1)      I Wanna Be Adored
2)      She Bangs the Drums
3)      Elephant Stone
4)      Waterfall
5)      Don’t Stop
6)      Bye Bye Badman
7)      Elizabeth my Dear
8)      (Song for my) Sugar Spun Sister
9)      Made of Stone
10)   Shoot You Down
11)   This Is the One
12)   I am the Resurrection
13)   Fools Gold

Stone Roses (no confundir con los Rolling Stones ni con los Guns and Roses) es una banda de Manchester, Inglaterra, y está formada por Ian Brown como cantante, John Squire en guitarra, Mani en el bajo y Reni en batería. Fueron los máximos exponentes de lo que se conoce como Madchester, una escena musical alternativa que mezclaba elementos del rock y el pop con el dance. Un género que no considero como tal ya que está restringido a una época y lugar, por lo que no es universal. Fue más bien un movimiento. Otras bandas representantes de esta movida fueron los Happy Mondays e Inspiral Carpets (por nombrar algunas), que hacían canciones que podían ser coreadas por multitudes en un estadio y a la vez ser bailadas en raves. Duró unos pocos años, entre mediados de los 80 y principio de los 90, pero tuvo grandes exponentes y dejó excelentes obras. No sé si realmente Roses sea el mejor grupo del estilo, ya que apenas sacaron dos discos y eso me resulta muy poco para colocar a un músico entre los más grandes, pero sí que sacaron las que quizás sean las mejores canciones (y el mejor disco) de todo el movimiento.
El debut salió en 1989, y los consolidó como una de las bandas más grandes de Reino Unido. Claro que la impresión que tuvo dicho país y la que tuvo Estados Unidos de este disco no podía ser la misma, ya que en la edición estadounidense se incluyeron otros dos éxitos del grupo ausentes para los europeos: Elephant Stone y Fools Gold. Esa es la edición que tengo yo y es la que deberían conseguir ustedes. En cualquier caso, el tremendo nivel de las canciones no pasó desapercibido para nadie, hasta llegaron a colocarlo como uno de los mejores discos de la historia. Personalmente, tengo mis conflictos con esta apreciación. Por un lado, cada vez que lo escucho quedo extasiado con la epicidad que demuestra al principio y al final. Solamente vayan al listado de temas y vean todos los que destaqué. Por el otro, en el medio tiene un bache considerable. Voy a hacer un comentario que quizás le resulte chocante a algunos, pero creo que los Stone Roses tienen más canciones mediocres que buenas en su escaso catálogo. Es escuchar el The Complete Stone Roses o el Garage Flower y llevarse la decepción más grande de la vida al ver lo poco que tienen para ofrecer fuera de sus obvios éxitos. Pero claro, esos son recopilatorios, meras curiosidades para los fans de hueso colorado. Esto es un disco, el máximo paradigma para juzgar si una banda vale o no la pena y donde se supone que los músicos presentan la mejor versión de sí mismos. Si bien no hay canciones malas, sí que hay unas cuatro que no tienen mucha razón de ser y quitan fluidez. Un porcentaje bastante alto para las trece que tiene (o las once de Reino Unido, lo que es todavía peor). John Mcferrin lo compara con el Who’s Next, por como tiene en sus extremos grandes canciones, y todo el relleno en el medio. Es la misma comparación que se me vino a la cabeza cuando lo escuché yo. Tomen, por ejemplo, a Don’t Stop. No es más que una versión al revés de Waterfall (con las voces distorsionadas para que también parezcan en reversa). ¿A alguno le interesa escuchar algo así? No es que sea horrible, y hasta diría que logra cierta musicalidad, pero es inservible, no aporta nada. Es material para un compilado de rarezas (si acaso), no para un disco que uno quiere disfrutar. También está Elizabeth my Dear, una readaptación del tema tradicional Scarborough Fair, con la letra cambiada para ser un canto antimonárquico. Si bien tiene una melodía preciosa, es demasiado corta. Apenas un minuto dura. Podrían haberla desarrollado más y habría sido un temazo. Así como está queda como una broma que simplemente ocupa espacio. Tampoco me estarían aportando mucho Shoot You Down y This Is the One. La primera pretende ser luminosa y reconfortante pero termina siendo bastante tonta e infantil, y a la segunda le falta una buena melodía vocal, repite demasiado el título y se hace larga, a pesar de su buena guitarra byrdiana.
Esas serían más o menos todas mis quejas, porque cuando hacen las cosas bien les dejo pasar todos sus defectos, y llego a compartir ese amor que le tienen miles de personas. Los primeros cuatro temas (o tres, para Reino Unido) son absolutas joyas. I Wanna Be Adored es la mejor canción de la corta historia de la banda y una de las mejores de los 80 para acá (sin exagerar). Los primeros cuarenta segundos son de ruido blanco, pero no molesta, sino que crea una expectativa sobre lo que va a venir, y lo que viene es una oscura y creciente línea de bajo a la que le se suman tonos de guitarra psicodélicos y, pasado el minuto, la voz. “I don’t have to sell my soul/He’s already in me” es lo único que dicen los versos, y le alcanza para crear una mística inigualable, que culmina en el estribillo, repitiendo el título. Como si fuera poco, al minuto 3:50 Ian Brown comienza a aumentar la intensidad, hasta provocar una nueva explosión de guitarras difusas. El tema es eso: una constante explosión de sonido, constante expectativa y pura actitud. Más que suficiente para hacer una absoluta obra maestra. She Bangs the Drums combina una base rítmica bailable y moderna con una excelente melodía sesentosa apta para ser coreada en público, y Elephant Stone es psicodelia pop con un patrón de batería casi electrónico y otra melodía fantástica. Hay una versión de cinco minutos de este mismo tema, que alarga la intro y el outro. Creo que prefiero esta. Waterfall empieza preciosamente, con las notas de guitarra cayendo como catarata y la melodía aterciopelada. Al tercer minuto se transforma en un groove funk y psicodélico que más tarde se combina con el riff inicial para crear una coda majestuosa. Excelente.
Ya expliqué que la parte media es un bajón, pero tiene alguna que otra joyita. Como Bye Bye Badman, cuya guitarra líquida y la melodía cargada de ternura contrasta con su letra sobre el Mayo Francés. Quizás por eso me gusta tanto. Sugar Spun Sister no me encanta, y casi me dan ganas de meterla entre el relleno insustancial, pero tiene un excelente estribillo y un colorido pasaje de guitarra entrando al tercer minuto. Zafa. Made Of Stone es el gran clásico perdido (perdido en medio de los temas irrelevantes. No es que sea desconocido ni mucho menos). Es más atmosférico, algo triste y solitario, lo cual resulta paradójico, ya que su estribillo está hecho para ser gritado en estadios. Tenemos otro trabajo instrumental y melódico impecable, que se complementan a la perfección el uno con el otro. La canción está estratégicamente ubicada entre tanto relleno. No salva de la inconsistencia al disco, pero al menos lo equilibra un poco.
Llegamos a la recta final con I Am the Resurrection, que se divide en dos partes: la primera es más pop, con un aire a la primera mitad de los 60 y una melodía vocal llena de pasión, que muta en un estribillo poderoso: “Don’t waste your words I don’t need anything from you/I don’t care where you’ve been or what you plan to do”. Tan grandilocuente como es, se nota a leguas que es apenas la preparación para algo más, que resulta ser un segundo estribillo, el doble de enérgico y mesiánico: “I am the resurrection and I am the light/I couldn’t ever bring myself to hate you as I’d like”. Toda una declaración de intenciones. Un solo de bajo hace de puente entre esta sección del tema y la segunda, que consiste en una larga improvisación instrumental que suena a una rave rockera. Es la más perfecta combinación de los valores del rock y el pop con los modernos sonidos bailables y electrónicos que se haya logrado en el Madchester. No es que sea un experto en la escena, pero es que lo que hacen acá es bestialmente bueno, y sería un milagro que otra banda haya hecho algo mejor. Hay destellos de funk, partes más rockeras y mucha, mucha lisergia que redondea el conjunto. Es la segunda mejor canción del grupo, lo que conforma con I Wanna be Adored el mejor dueto de apertura y cierre de un disco desde Baba O’Riley y Won’t Get Fooled Again. Les cambio la discografía completa de Oasis por esto. Ese es el final para los reinounidenses, ya que a los americanos (no solo de Estados Unidos) nos concede ese honor Fools Gold, que es un groove funk de diez minutos. Las primeras veces que la escuché no me había gustado, la consideraba aburrida y repetitiva. Ahora la considero genial. El ritmo percusivo constante y sin casi variantes sirve de esqueleto para ese wah wah crujiente y la entonación de Brown, que más cool no podría ser. A partir del minuto 5:38 se vuelve instrumental, y hasta aparecen efectos electrónicos que dan un toque moderno. Es repetitiva, pero necesita serlo, o no sería tan penetrante como resulta. Sigue siendo un excelente cierre.
Insisto con que hay fallos importantes. Por un lado, muestran un despliegue instrumental tremendo y una capacidad increíble para los ganchos, las melodías y los arreglos. Por el otro, se entusiasman demasiado con bromas, experimentos o la actitud. Es que los muchachos tenían esa actitud proto-Gallagher de creerse los más grandes del mundo (se ve que no influyeron solamente en lo musical en Liam y Noel), y parecían pensar que cualquier cosa que grabaran iba a ser genial. Afortunadamente, su guerra era con el resto de las bandas y no entre los propios miembros (no en medidas exorbitantes, al menos), por lo que eran capaces de trabajar juntos por el bien de las canciones, y hacer un disco grandioso en su inicio y en su final (no de principio a final, claro). Tampoco es que no tuvieran material para que este trabajo fuera mejor. En lo personal, hubiera sacado todos los temas que ya mencioné y pondría la excelente What the World Is Waiting For y, quizás, Mersey Paradise, dejándolo como un disco de diez u once canciones. Eso hubiera sido el mejor disco debut de la historia y la obra maestra que se suele decir. De todas formas, así como está es un trabajo magnífico, carismático, que muestra lo mejor de los 60 y de fines de los 80. Quizás no sea de los mejores discos de la historia, pero logra aparentar serlo en sus mejores temas. Por algo es de mis preferidos.

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