Nota: 9+
Mejor tema: I Wanna Be Adored
Peor tema: Don’t Stop
1)
I Wanna Be Adored
2)
She Bangs the Drums
3)
Elephant Stone
4)
Waterfall
5)
Don’t Stop
6)
Bye Bye Badman
7)
Elizabeth my Dear
8)
(Song for my) Sugar Spun Sister
9)
Made of Stone
10) Shoot
You Down
11) This
Is the One
12) I am the Resurrection
13) Fools Gold
Stone Roses (no confundir con los
Rolling Stones ni con los Guns and Roses) es una banda de Manchester,
Inglaterra, y está formada por Ian Brown como cantante, John Squire en
guitarra, Mani en el bajo y Reni en batería. Fueron los máximos exponentes de
lo que se conoce como Madchester, una escena musical alternativa que mezclaba
elementos del rock y el pop con el dance. Un género que no considero como tal
ya que está restringido a una época y lugar, por lo que no es universal. Fue
más bien un movimiento. Otras bandas representantes de esta movida fueron los
Happy Mondays e Inspiral Carpets (por nombrar algunas), que hacían canciones
que podían ser coreadas por multitudes en un estadio y a la vez ser bailadas en
raves. Duró unos pocos años, entre mediados de los 80 y principio de los 90,
pero tuvo grandes exponentes y dejó excelentes obras. No sé si realmente Roses
sea el mejor grupo del estilo, ya que apenas sacaron dos discos y eso me
resulta muy poco para colocar a un músico entre los más grandes, pero sí que sacaron
las que quizás sean las mejores canciones (y el mejor disco) de todo el
movimiento.
El debut salió en 1989, y los
consolidó como una de las bandas más grandes de Reino Unido. Claro que la
impresión que tuvo dicho país y la que tuvo Estados Unidos de este disco no
podía ser la misma, ya que en la edición estadounidense se incluyeron otros dos
éxitos del grupo ausentes para los europeos: Elephant Stone y Fools Gold. Esa
es la edición que tengo yo y es la que deberían conseguir ustedes. En cualquier
caso, el tremendo nivel de las canciones no pasó desapercibido para nadie, hasta
llegaron a colocarlo como uno de los mejores discos de la historia.
Personalmente, tengo mis conflictos con esta apreciación. Por un lado, cada vez
que lo escucho quedo extasiado con la epicidad que demuestra al principio y al
final. Solamente vayan al listado de temas y vean todos los que destaqué. Por
el otro, en el medio tiene un bache considerable. Voy a hacer un comentario que
quizás le resulte chocante a algunos, pero creo que los Stone Roses tienen más
canciones mediocres que buenas en su escaso catálogo. Es escuchar el The
Complete Stone Roses o el Garage Flower y llevarse la decepción más grande de
la vida al ver lo poco que tienen para ofrecer fuera de sus obvios éxitos. Pero
claro, esos son recopilatorios, meras curiosidades para los fans de hueso
colorado. Esto es un disco, el máximo paradigma para juzgar si una banda vale o
no la pena y donde se supone que los músicos presentan la mejor versión de sí
mismos. Si bien no hay canciones malas, sí que hay unas cuatro que no tienen
mucha razón de ser y quitan fluidez. Un porcentaje bastante alto para las trece
que tiene (o las once de Reino Unido, lo que es todavía peor). John Mcferrin lo
compara con el Who’s Next, por como tiene en sus extremos grandes canciones, y
todo el relleno en el medio. Es la misma comparación que se me vino a la cabeza
cuando lo escuché yo. Tomen, por ejemplo, a Don’t Stop. No es más que una
versión al revés de Waterfall (con las voces distorsionadas para que también
parezcan en reversa). ¿A alguno le interesa escuchar algo así? No es que sea
horrible, y hasta diría que logra cierta musicalidad, pero es inservible, no
aporta nada. Es material para un compilado de rarezas (si acaso), no para un
disco que uno quiere disfrutar. También está Elizabeth my Dear, una
readaptación del tema tradicional Scarborough Fair, con la letra cambiada para
ser un canto antimonárquico. Si bien tiene una melodía preciosa, es demasiado
corta. Apenas un minuto dura. Podrían haberla desarrollado más y habría sido un
temazo. Así como está queda como una broma que simplemente ocupa espacio.
Tampoco me estarían aportando mucho Shoot You Down y This Is the One. La
primera pretende ser luminosa y reconfortante pero termina siendo bastante
tonta e infantil, y a la segunda le falta una buena melodía vocal, repite
demasiado el título y se hace larga, a pesar de su buena guitarra byrdiana.
Esas serían más o menos todas mis
quejas, porque cuando hacen las cosas bien les dejo pasar todos sus defectos, y
llego a compartir ese amor que le tienen miles de personas. Los primeros cuatro
temas (o tres, para Reino Unido) son absolutas joyas. I Wanna Be Adored es la
mejor canción de la corta historia de la banda y una de las mejores de los 80
para acá (sin exagerar). Los primeros cuarenta segundos son de ruido blanco,
pero no molesta, sino que crea una expectativa sobre lo que va a venir, y lo
que viene es una oscura y creciente línea de bajo a la que le se suman tonos de
guitarra psicodélicos y, pasado el minuto, la voz. “I don’t have to sell my
soul/He’s already in me” es lo único que dicen los versos, y le alcanza para
crear una mística inigualable, que culmina en el estribillo, repitiendo el
título. Como si fuera poco, al minuto 3:50 Ian Brown comienza a aumentar la
intensidad, hasta provocar una nueva explosión de guitarras difusas. El tema es
eso: una constante explosión de sonido, constante expectativa y pura actitud.
Más que suficiente para hacer una absoluta obra maestra. She Bangs the Drums
combina una base rítmica bailable y moderna con una excelente melodía sesentosa
apta para ser coreada en público, y Elephant Stone es psicodelia pop con un
patrón de batería casi electrónico y otra melodía fantástica. Hay una versión
de cinco minutos de este mismo tema, que alarga la intro y el outro. Creo que
prefiero esta. Waterfall empieza preciosamente, con las notas de guitarra
cayendo como catarata y la melodía aterciopelada. Al tercer minuto se
transforma en un groove funk y psicodélico que más tarde se combina con el riff
inicial para crear una coda majestuosa. Excelente.
Ya expliqué que la parte media es
un bajón, pero tiene alguna que otra joyita. Como Bye Bye Badman, cuya guitarra
líquida y la melodía cargada de ternura contrasta con su letra sobre el Mayo
Francés. Quizás por eso me gusta tanto. Sugar Spun Sister no me encanta, y casi
me dan ganas de meterla entre el relleno insustancial, pero tiene un excelente
estribillo y un colorido pasaje de guitarra entrando al tercer minuto. Zafa.
Made Of Stone es el gran clásico perdido (perdido en medio de los temas
irrelevantes. No es que sea desconocido ni mucho menos). Es más atmosférico,
algo triste y solitario, lo cual resulta paradójico, ya que su estribillo está
hecho para ser gritado en estadios. Tenemos otro trabajo instrumental y
melódico impecable, que se complementan a la perfección el uno con el otro. La
canción está estratégicamente ubicada entre tanto relleno. No salva de la
inconsistencia al disco, pero al menos lo equilibra un poco.
Llegamos a la recta final con I
Am the Resurrection, que se divide en dos partes: la primera es más pop, con un
aire a la primera mitad de los 60 y una melodía vocal llena de pasión, que muta
en un estribillo poderoso: “Don’t waste your words I don’t need anything from
you/I don’t care where you’ve been or what you plan to do”. Tan grandilocuente
como es, se nota a leguas que es apenas la preparación para algo más, que
resulta ser un segundo estribillo, el doble de enérgico y mesiánico: “I am the
resurrection and I am the light/I couldn’t ever bring myself to hate you as I’d
like”. Toda una declaración de intenciones. Un solo de bajo hace de puente
entre esta sección del tema y la segunda, que consiste en una larga
improvisación instrumental que suena a una rave rockera. Es la más perfecta
combinación de los valores del rock y el pop con los modernos sonidos bailables
y electrónicos que se haya logrado en el Madchester. No es que sea un experto
en la escena, pero es que lo que hacen acá es bestialmente bueno, y sería un
milagro que otra banda haya hecho algo mejor. Hay destellos de funk, partes más
rockeras y mucha, mucha lisergia que redondea el conjunto. Es la segunda mejor
canción del grupo, lo que conforma con I Wanna be Adored el mejor dueto de
apertura y cierre de un disco desde Baba O’Riley y Won’t Get Fooled Again. Les
cambio la discografía completa de Oasis por esto. Ese es el final para los reinounidenses, ya que a los americanos
(no solo de Estados Unidos) nos concede ese honor Fools Gold, que es un groove
funk de diez minutos. Las primeras veces que la escuché no me había gustado, la
consideraba aburrida y repetitiva. Ahora la considero genial. El ritmo
percusivo constante y sin casi variantes sirve de esqueleto para ese wah wah
crujiente y la entonación de Brown, que más cool no podría ser. A partir del
minuto 5:38 se vuelve instrumental, y hasta aparecen efectos electrónicos que
dan un toque moderno. Es repetitiva, pero necesita serlo, o no sería tan
penetrante como resulta. Sigue siendo un excelente cierre.
Insisto con que hay fallos
importantes. Por un lado, muestran un despliegue instrumental tremendo y una
capacidad increíble para los ganchos, las melodías y los arreglos. Por el otro,
se entusiasman demasiado con bromas, experimentos o la actitud. Es que los
muchachos tenían esa actitud proto-Gallagher de creerse los más grandes del
mundo (se ve que no influyeron solamente en lo musical en Liam y Noel), y
parecían pensar que cualquier cosa que grabaran iba a ser genial.
Afortunadamente, su guerra era con el resto de las bandas y no entre los
propios miembros (no en medidas exorbitantes, al menos), por lo que eran
capaces de trabajar juntos por el bien de las canciones, y hacer un disco
grandioso en su inicio y en su final (no de principio a final, claro). Tampoco
es que no tuvieran material para que este trabajo fuera mejor. En lo personal,
hubiera sacado todos los temas que ya mencioné y pondría la excelente What the
World Is Waiting For y, quizás, Mersey Paradise, dejándolo como un disco de
diez u once canciones. Eso hubiera sido el mejor disco debut de la historia y
la obra maestra que se suele decir. De todas formas, así como está es un
trabajo magnífico, carismático, que muestra lo mejor de los 60 y de fines de
los 80. Quizás no sea de los mejores discos de la historia, pero logra
aparentar serlo en sus mejores temas. Por algo es de mis preferidos.

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