domingo, 29 de marzo de 2020

Aerosmith - Rocks


Nota: 8+
Mejor tema: Last Child
Peor tema: Lick and a Promise

     1)      Back in the Saddle
     2)      Last Child
     3)      Rats in the Cellar
     4)      Combination
     5)      Sick as a Dog
     6)      Nobody’s Fault
     7)      Get the Lead Out
     8)      Lick and a Promise
     9)      Home Tonight

Aerosmith debe de ser la banda más directa del planeta. En todo sentido posible. Sus letras, su música, su “mensaje”. No esperes sutilezas de parte de ellos, para nada. Esta honestidad brutal con la que se manejan se ve reflejada en este disco incluso antes de ponerlo en el reproductor. Observen esa portada. Esos diamantes en bruto y el propio nombre del disco: “Rocks”. ¿Qué significa esto? Pues que los tipos no quisieron esperar a que el escucha juzgue el contenido de la placa. Ya te lo dan masticadito. Este disco contiene auténticos diamantes en forma de canciones y rockea. Normalmente asociaría esto a un engaño premeditado pero la verdad es, por esta vez, que no hay una pizca de mentira en esa portada (bueno, un poco. La portada muestra cinco joyas y el disco tiene seis. Supongo que quisieron ser humildes): Este disco rockea y está lleno de diamantes. Punto.
Bueno, no. Hay más de lo que se ve a simple vista. El grupo había alcanzado el estrellato con su anterior placa, Toys in the Attic. La crítica los ponía casi al nivel de Led Zeppelin y los Rolling Stones (y sí, ese es el nivel de crítica especializada que tenemos). Clásicos como Walk This Way, Sweet Emotion y el tema titular se habían convertido en clásicos instantáneos e infaltables en los conciertos. Lo malo es que, detrás de toda esta gloria, estaba la ruina: las drogas y el alcohol estaban a la orden del día, lo que empeoró sus adicciones. Sin embargo, como diría Capusotto, “mientras que un médico, bajo el efecto de estupefacientes, puede hacer desastres, un rockero drogadicto y borracho puede triunfar y alcanzar la gloria” (no es con las palabras que lo dijo, pero ese era más o menos el mensaje). La “gloria” no es solamente en el campo comercial, sino también en el artístico. El grupo, en estas condiciones, entró a grabar su cuarto trabajo, este Rocks. ¿El resultado? Un éxito.
Ahora, tampoco se esperen un cambio radical con respecto a Toys. Es más de lo mismo, pero más rockero y heavy que nunca. No es que el estilo sea el mismo, sino que las canciones son obvios calcos de los temas de su anterior placa. Back in the Saddle es Sweet Emotion, Rats in the Cellar es Toys in the Attic, Nobody’s Fault es Round and Round, etc. Es curioso que, siendo Toys in the Attic un disco moderadamente diverso en estilo, este álbum que copia descaradamente a aquel resulta mucho más formuláico y monótono, si se quiere. ¿A qué se debe esto? Bueno, creo que se debe a que copian la forma de los temas, pero los empapan en el tratamiento rockero y pesado del que hablé antes. Esto, como no podía ser de otra forma, cambia el estilo, pero no deja de sentirse similar a lo ya escuchado. Esto podría ser una mala noticia, pero se nota que el grupo perfeccionó el autoplagiarse, lo que milagrosamente logra que el disco sea aún más consistente que el anterior. Mientras que en Toys solo encontraba dos o tres clásicos auténticos y el resto era relleno (más que aceptable, pero relleno), acá tenemos seis clásicos de nueve canciones. Es decir, dos tercios de disco. Genial. Y con respecto a la repetición de fórmula… bueno, considero que cada grupo nació para algo distinto. Algunos serán más diversos, otros más formuláicos, otros más experimentales, otros más conservadores, etc. A Aerosmith le tocó el papel de rockear duro, y sobre eso hay que juzgarlos. ¿Rockean duro? Sí, y vaya que lo hacen bien, al menos acá.
Los primeros seis temas, lo repito, son quizás la mejor seguidilla de canciones que creó la banda en toda su carrera. Una intro oscura y llena de tensión nos da la bienvenida al disco, y casi llegado el segundo treinta se transforma en un riff de guitarra galopante, lleno de testosterona, sobre el que Steven Tyler canta todo tipo de dobles sentidos entre referencias vaqueras y “montar” a una mujer. Como ya se imaginarán, es Back in the Saddle. Sea o no una reescritura de Sweet Emotion, es fantástica por derecho propio. Last Child empieza como una balada cuyas primeras notas me recuerdan sospechosamente al tema principal de El Padrino, pero después se convierte en un rocker cuyo riff me recuerda sospechosamente al de Politician, de Cream. ¿A qué es igual dos plagios a dos canciones súper conocidas en un mismo tema? Depende del grupo que haga el plagio y de en qué estado creativo se encuentre. Tratándose de Aerosmith y del hecho de que estaban en su mejor momento, es igual a un clásico, y a mi tema favorito de la banda. Sí, así como leyeron. No importa que no sea tan conocido, es el mejor tema que parió el grupo. Rats in the Cellar no baja el nivel, para nada. Se trata de un tema ultra rápido, casi punk, ¿Pero qué banda punk puede presumir de unos juegos de guitarra tan exquisitos, unos quiebres de armónica y una melodía así? Pocas, realmente. Hacia el final tenemos una mini sección instrumental casi propia de un directo que cierra al tema de la mejor manera posible. Vamos bien.
Combination es un medio tiempo que sigue pateando culos con clase. El riff es de primera categoría (parece las pisadas de un gigante) y las armonías vocales son lo último que uno se esperaría de un grupo como Aerosmith. Pegadizas hasta decir basta. El jam del final también es un ejemplo de cómo patear culos. Sick as a Dog no rockea tan duro, pero es de altísima calidad igualmente. Cuenta con unos arreglos de guitarra casi poperos y luminosos, y las armonías vocales vuelven a destacar. George Starostin compara este tema con los Hollies, y quizás tenga razón. Digna de cualquier grupo de los 60. El último clásico es Nobody’s Fault, que algunos comparan con Led Zeppelin (y no por el nombre del tema). Como dije antes, es una reescritura de Round and Round, pero muchísimo mejor. Se trata quizás del tema más metalero y pesado en la carrera del grupo. Ese riff con wah parece llevarse al mundo por delante, mientras que Tyler se lamenta: “Lord I must be dreaming/What else could this be?”. Hasta que llegamos a esos también lamentosos “Soooorryyy, you’re so soooorryyy/Don’t be soooorryyyy”, y ese fraseo demoníaco del estribillo, en el que remarca cada palabra con furia y frustración, nuevamente lamentándose por el destino de la humanidad. Magistral.
Desgraciadamente, el último tercio no está a la altura. Get the Lead Out tiene un riff divertido, una melodía divertida y un solo divertido. Todo es divertido en esta canción, pero pálido y bastante olvidable. Lick and a Promise es barrosa y agresiva, pero sin mucha sustancia. Por último, Home Tonight es una power ballad, aunque esta vez no se puede decir que sea un plagio de You See me Crying, puesto que al grupo le encanta meter una power ballad (una como mínimo) por disco. Me gusta el trabajo de la guitarra, pero se queda corta frente a Dream On (la balada definitiva de la banda). Todo este tercio es tan intrascendente como lo era el Fantasma de las cajas para Danny Fenton (sí, se apellida Fenton, no Phantom. Phantom es su alter ego), pero es agradable igualmente.
Con la diferencia de que el Fantasma de las cajas al menos brilló en uno o dos episodios.
Ahí lo tenemos a Aerosmith en (probablemente) su mejor momento. No, borremos el probablemente. Este disco es, sin dudas, lo mejor que hizo la banda en su carrera. Y lo afirmo aún sin haber escuchado mucho más de ellos más allá de lo que pasan en la radio. El grupo rockea y compone no como los dioses, pero sí como unos humanos muy evolucionados, por encima del promedio. Quizás si hubieran sacado las tres últimas canciones y lo hubieran publicado como un EP me habría gustado más. Pero, pensándolo bien, no. Eso me hubiera obligado a ponerle mínimo un nueve y a decir que Aerosmith es una gran banda, y mi hipsterismo latente no lo soportaría. Bromas aparte, ni siquiera así podría ponerle un diez al disco ya que, por mucho que me gusten estas canciones, no siento que ninguna sea una obra maestra perfecta. Pero poco importa cuando nos encontramos con una colección de riffs y solos de este nivel. Quizás el mejor disco de “es solo rock and roll, pero me gusta” de la historia.

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