lunes, 15 de mayo de 2023

Los fabulosos Cadillacs - El satánico dr Cadillac


Nota: 7+
Mejor tema: El satánico Dr Cadillac.
Peor tema: El mensaje soy yo.

1)      El satánico Dr Cadillac
2)      El mensaje soy yo
3)      Chico perdido
4)      Mi nombre es Travis
5)      El golpe de tu corazón
6)      Contrabando de amor
7)      Fiebre ‘90
8)      Rudy (un mensaje para vos)
9)      El sonido joven de América
10)    Todas las cosas que ella me dio
11)    Verano salvaje

 

Antes de empezar esta reseña, quería pedir perdón por seguir rompiendo las bolas con los Fabulosos Cadillacs. Muchos pensarán que he caído bajo al darle tanta pelota a un grupo insustancial como este, y encontrarán imperdonable el hecho de que, hasta el momento, sea el grupo que más entradas tiene en mi página junto con los Beatles y Spirit, y que encima vaya en camino a superar esos números. Sin embargo, en primer lugar, esto es algo temporal. Cuando haya escrito más cosas de esos y otros grupos, esto que estoy poniendo ahora va a quedar desfasado, como esos youtubers que empiezan sus videos diciendo «Hola, ¿cómo les va en este (introducir día en el que suben el video)?», siendo que uno los puede ver cualquier día posterior al momento en el que lo subieron. En segundo lugar, les prometo que esta banda no es tan insustancial como pudiéramos pensar a partir de los temas suyos que conocemos de la radio. Se van a poner más interesantes pronto. El repasar toda su discografía previa es solamente un trámite para llegar a lo bueno. De paso, disfruto escribir sobre discos que no son maravillas precisamente, así que perdón las pelotas. Es mi página y se hace lo que yo quiero (?). Dicho esto, vamos a lo nuestro.

Ya hemos contado que su anterior disco, a pesar de ser lo mejor que hicieron hasta el momento, no tuvo tanto éxito. Como ya dije, no fue tanto culpa de ellos, sino de las políticas económicas que se aplicaron en la época que complicaban el acceso a ciertos bienes, como los discos. A estos problemas externos, hay que sumarle el problema interno de que la banda se había peleado con su manager, Alejandro Taranto. El tipo intentaba presionarlos para que lograran otro éxito como el que tuvo el tema Yo te avisé, que seguía siendo su mayor logro comercial hasta ese momento. Al final lo terminaron echando y dedicándole el tema titular. Igualmente, a pesar del mal momento que atravesaban, se metieron a grabar su siguiente material, y el proceso de grabación se dio entre septiembre y octubre de 1989. El disco fue lanzado ese mismo año, y tampoco fue ningún éxito de ventas. Vamos a revisarlo.

Bien, bien, bien. Lo primero que tengo que decir acá es que, desgraciadamente, el disco no continúa la línea ascendente que venía mostrando el grupo en términos de calidad. No es un bajón tremendo, pero sí considerable. Nuevamente, no es culpa del grupo en su totalidad. Entiendo que una situación económica que les impida vivir de lo que aman va a sacarles las ganas de esforzarse. O sea, ¿conocen ese dicho que dice «trabajá de lo que amás y nunca más vas a volver a amar de nuevo»? Bueno, esto mismo seguramente les pasó a los chicos. Obviamente estaban más preocupados por poder ganar unos mangos que por seguir evolucionando, así que puedo comprenderlo. Después de todo, la música está hecha por humanos (salvo que se use una inteligencia artificial de las que tanto abundan en estos días), y los humanos tenemos nuestros malos momentos. Aun así, no voy a ser tan malo con el disco, ya que sí noto un par de avances dentro de que no es un trabajo tan sólido. El primero es que, si bien no todas las canciones llegan a ser obras maestras, hay menos relleno globalmente que en anteriores discos. Mientras que antes teníamos al menos dos temas de sobra por álbum, acá hay solamente uno que no me gusta. El resto, sin deslumbrar, se disfruta y no ofrece ningún sobresalto desagradable. El segundo avance es que uno de los temas de este disco es, quizás, la mejor canción que el grupo hizo hasta ese momento. En total, se puede decir que plantea una cierta evolución para la banda esta obra, a pesar de no haber sido concebida así. Eso es valorable.

Ahora sí, hablemos primero de los dos temas más destacables (para bien y para mal). Y ambos están al mismísimo principio, así que me facilita el trabajo. El tema que da nombre al disco y que lo abre es una maravilla. No me alcanzan las palabras para explicar cuánto amo esta canción, pero voy a intentarlo igualmente. Rítmicamente sigue el estilo bailable que venían proponiendo, pero no es tan insustancial. De hecho, el tema tiene alma y arte, y se nota en lo oscuro que es. Nunca habían hecho algo tan oscuro antes. A pesar del ritmo, remite más a un exorcismo que a una fiesta. Toda esta bronca y oscuridad llega a la catarsis en el estribillo, y esa catarsis llega a otra catarsis con ese remate «los cadillacs tocando para vos/los cadillacs tocando para vos». No es la primera vez que se compone un gran tema en respuesta a un manager abusivo, sino que también tenemos cosas como Death on Two Legs de Queen y The Writ de Black Sabbath, pero me encanta que esta banda continúe con la tradición. Algún día me voy a hacer manager también y voy a terminar cagando a los grupos y artistas que apadrine para que se inspiren a componer grandes canciones. Y no, no va a ser por amor a la guita, sino por amor al arte. El tema que destaca para mal es El mensaje soy yo, un rap patético pletórico de ritmos repetitivos y básicos, un scratch detestable de DJ, un asqueroso dueto entre Vicentico y Luciano Jr. (el mismo tipo de Belcha. Sí, ese tema va a ser mi eterna mala referencia en la página de este grupo), y un estribillo sonrojante. Y ojo, que no hablo de ese sonrojamiento agradable que sentimos cuando vemos a la chica (o al chico) que nos gusta, sino el de saber que estamos ante una situación vergonzosa como lo puede ser el escuchar a una banda de talento sacrificando el buen gusto para vender un poco más. Ya de por sí el tema es malo, así que imagínense el efecto nefasto que causa el escucharlo después de la maravilla del tema anterior. Bah.

Por suerte, el resto de los temas están muchísimo mejor. Mi favorito es Contrabando de amor, que fue otro éxito de este disco, aunque solo moderadamente. Es un tema más new wave en su vertiente pop. Aunque en menor medida que en los dos primeros discos, el grupo todavía se niega a dejar ir completamente el estilo, pero se perdona porque son los 80. Además, esta canción es fantástica. La melodía puede parecer infantil, pero hasta para hacer canciones simples e infantiles hay que ser inteligente, y el grupo lo es. El estribillo rulea y los arreglos instrumentales son el perfecto acompañamiento a la melodía vocal. Chico perdido tiene como un sabor a rapeo en los versos, pero no es tan indigesto como en el segundo tema, así que está bien, además de que musicalmente es todo virtudes. Las armonías vocales están muy bien, y también lo están los arreglos de teclados y esas trompetas giratorias. Mi nombre es Travis me llama la atención por su letra referida a Travis Bickle de la película «Taxi Driver» y por tener algunos extractos de diálogos de la misma, pero no se sostiene solo en estos detalles, sino que la música realmente transmite ese ambiente nocturno, sucio y solitario de la obra de Scorsese. Por Dios, si hasta los coros quedan bien a pesar de lo repetitivos. ¿De qué me voy a quejar, entonces? Prefiero simplemente pasar a otras canciones como El sonido joven de América, que suena a lo que sonarían los Beach Boys si fueran argentinos y tocaran ska, o El golpe de tu corazón, otra canción romántica e intimista que funciona mucho mejor que varios intentos de anteriores discos. Ambas tienen melodías muy entretenidas y resultonas dentro de lo que cada una se propone, así que les doy el visto bueno. Fiebre ’90 es de las que más playeras suenan en el disco y, así, de las que más hacen justicia a la portada. El ritmo es tremendamente adictivo y dan ganas de «marcar el paso latino», como dice la letra. Los latinos no somos pura pachanga y joda como los yanquis y europeos quieren creer, pero que los prejuicios los tumbe otra persona. Yo prefiero bailar este ritmo. Todas las cosas que ella me dio es como un ska con toques de surf rock, pero la combinación termina ganando por todos los flancos. Lo único que me jode un poquito es ese pitido del teclado que suena en ciertos momentos, pero no es ni a palos tan molesto como en el primer álbum, así que no me voy a quejar. Verano salvaje cierra el disco con una cierta conciencia de que es un cierre, y es un buen final de fiesta gracias a su estilo punk festivo (¿o debería llamarlo ska agresivo?). Ese «voy a la playa/voy a la playa/largo verano» de la coda me trae a la cabeza imágenes de cuando uno era chico y disfrutaba a tope los últimos días de vacaciones antes de volver a la escuela, y es una muy linda imagen mental, así que me parece fantástico como cierre. Nos queda Rudy (un mensaje para vos), que es un cover del músico jamaiquino Dandy Livingstone. Suena un poco más argentinizada y enérgica que la original de Piedra viviente, pero eso es lo importante en un cover. Darle tu propia vuelta de tuerca a lo que hizo otro artista. No es ninguna maravilla, pero es simpática y es la más corta del disco, así que dejémoslo ahí.

Perfecto. Todo perfecto. El disco, entonces, no es tan terrible considerando las pocas ganas que debían tener de grabar los muchachos. Tenemos tan solo un tema malo y el resto va de lo disfrutable a lo espectacular. Tampoco es que lo espectacular sea una norma acá, pero ese pico que tiene es lo más alto a lo que llegaron hasta ese momento en su carrera. Además, son más autoconscientes de sus limitaciones, y esto se nota en la duración de las canciones. La más larga llega solo a los cuatro minutos y medio. No es que un disco sea mejor por ser más corto, pero al menos esto evita que sus muy disfrutables canciones se vuelvan pesadas y estén dando vueltas más tiempo del tolerable. Al final, el conjunto es lo que me gusta llamar «un paso adelante y medio paso atrás». Es decir, no están tan adelante como deberían estar, pero a la vez se nota que van naturalizando la consistencia y el buen hacer. En definitiva, pese a todo, no hay grandes motivos para preocuparse. Nada más que decir.

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