Mejor tema: The Ballad of el Goodo o Thirteen
1) Feel
2) The Ballad of el Goodo
3) In the Street
4) Thirteen
5) Don’t Lie to Me
6) The India Song
7) When my Baby’s Beside me
8) My Life is Right
9) Give me Another Chance
10) Try Again
11) Watch the Sunrise12) ST 100/6
Qué generoso que ando con los
nueves y los dieces últimamente, ¿Eh? Muchos podrán pensar que algo buenísimo
pasó en mi vida en estos días. Es decir, no solo ando publicando con
regularidad, sino que también ando poniendo estas notas altísimas reservadas
solamente para lo mejor de lo mejor. Bueno, digamos que se me dio por reseñar,
precisamente, lo mejor de lo mejor. Nick Cave, Rainbow y, en menor medida, Big
Star. Hablemos de esta banda.
Big Star es (fue. La mayoría de
los miembros murieron, desgraciadamente) un grupo estadounidense (más
específicamente de Memphis, Tennessee) de power pop. Sus miembros fueron Alex
Chilton, Chris Bell, Jody Stephens y Andy Hummel. De estos miembros los dos más
importantes fueron Chris Bell y Alex Chilton (por cierto, ¿Sabían que una de
las novias que Niko Bellic puede tener en GTA 4 también se llama Alex Chilton?
Dicen que es en referencia a Paris Hilton, pero no puede ser solo por eso.
Demasiada coincidencia sería), ya que estos eran los dos principales
compositores. A pesar de su importancia en el sonido del grupo, Chris Bell solo
duró lo que este primer álbum debido a diferencias personales con la novia de
Niko Bellic puesto que, cada vez que lo llevaba a este los ensayos, terminaba
matando a todos en la calle y los metía en problemas con la policía. Pero esa
historia es para otro día. Cuando hablemos de los siguientes álbumes de la
banda. Por ahora centrémonos en lo que ocurrió en ese momento.
Alex Chilton venía de la banda
The Box Tops, formada en 1967, que la pegó con el tema The Letter, el cual todavía no escuché pero dicen que es una gran
canción. Después de dejar el grupo sacó un disco solista. Se le ofreció el
puesto de cantante principal en Blood, Sweat & Tears, pero rechazó la
oferta por considerarla “muy comercial”. Chilton ya conocía a Chris Bell, e
incluso le llegó a pedir que participara con él en un dúo a lo Simon and
Garfunkel. Bell rechazó la propuesta, pero lo invitó a una performance de su
banda, Icewater, en la que además estaban los ya mencionados Stephens y Hummel.
Chilton les mostró la canción Watch the
Sunrise e inmediatamente le pidieron que se uniera a la banda. Y entonces
fueron cuatro. Se pasaron a llamar Big Star por un negocio que solía visitar la
banda durante las sesiones de grabación. Incluso llegaron a usar el logo como
la portada de este disco pero sin la palabra “star” para evitar problemas de
derechos de autor.
Una vez grabado el disco, parecía
que todo sería genial para ellos, pero la disquera fue tan inepta que no supo
distribuir su música correctamente y, a pesar de las excelentes críticas que
recibieron de parte de la prensa, poca gente y ninguna pudo comprar sus discos.
Este problema se arrastra, en cierta medida, hasta hoy. Es decir, existe una
edición que reúne a este disco y a “Radio City” en uno, pero no hubo cuidados a
la hora de lanzar estos discos de manera individual. Todavía no tengo este
debut, pero sí tengo el nombrado “Radio City”, y en los créditos de este
todavía se habla de los temas “16”, “19” y “21”. O sea, los créditos del
librito enumeran a los temas como estarían enumerados en esa edición especial.
En otras palabras, ni siquiera se tomaron la molestia de corregir los créditos
para adaptarlos a las ediciones individuales. Y ni me hagan hablar de lo
difícil que es conseguir su tercer trabajo: “Third”. También conocido como
“Sister Lovers”. Lo más sencillo de conseguir es la edición box set que resulta
ser un bodoque de varios CDs con montones de demos, mixes tempranos y boludeces
así. Todo presentado con una portada aburrida y sin gracia. Les deseo suerte si
quieren conseguir las ediciones estándar de ese álbum, ya que valen un platal
terrible en internet. Que la fuerza los acompañe. Bueno, que los midiclorianos les
sean favorables, si es que nos atenemos a las precuelas de Star Wars. Qué
oportuno que mencioné Star Wars, ya que esa es otra franquicia con mala suerte
en lo que a distribución se refiere. Las ediciones originales, sin esos efectos
espantosos de las remasterizaciones, también son una aguja en un pajar. Qué
cruel destino para una saga tan buena.
Y qué cruel destino para una
banda tan buena. Sí, gente, ya era hora de que pasáramos a hablar de la música.
Ni ganas dan de hacer la típica pregunta retórica “¿Qué tan buena es esta
música?”. Si quieren saberlo, vayan arriba y vean la nota que puse. Es una de
las colecciones de gemas pop más perfectas que se pueden encontrar. Quizás sea
un disco superficial y sin EL mensaje. O sea, los tipos se conforman con hacer
linda música al estilo de The Beatles y The Byrds, pero sin el trasfondo emocional
e ideológico de los primeros o el eclecticismo de los segundos (y de los
primeros también, que conste). Esto es pop adolescente y sin compromiso, pero
qué pop adolescente y sin compromiso. Los tipos tienen un tacto melódico
impecable, y lo mejor es que son perfectamente adecuados. Saben lo que hacen y
no pretenden ser algo que no son. Por lo menos en este disco. Este es el álbum
más adolescente de la banda más Peter Pan del pop. El grupo, al menos en mi
opinión, nunca dejaría de lado esa visión adolescente en su música. Ni siquiera
en el oscurísimo y lacrimógeno “Third/Sister Lovers”, que básicamente me remite
a unos jóvenes desencantados totalmente del mundo, pero jóvenes al fin y al
cabo. Cada uno de sus tres discos de los 70 (no cuento el disco retorno “In
Space” porque no lo escuché todavía) van acercándose más y más a la oscuridad y
la desilusión debido a la falta de éxito y de atención del gran público, pero
siempre desde una mirada inexperta y juvenil. Este disco todavía no presenta
nada de esa cruel realidad, y me permite imaginarme a los cuatro pasándola bien
e ilusionadísimos de que van a ser los próximos Beatles (al menos a nivel
comercial. No necesariamente artístico). Nuevamente, no es un disco muy maduro
ni profundo, pero esta banda no se trata de eso. Pasemos a las canciones.
Los primeros sonidos que
escuchamos son amenazantes de una manera inofensiva. Unos rasgueos de guitarra,
unas notas agudas que cortan el aire y… “Wondering what are you doing/You are
driving me to ruin”. El contraste entre esta letra y la música ahora más alegre
que acompaña funciona muy bien. Es Feel,
un tema tipo glam rock que incluye saxofón y sintetizadores en el medio, y cuyo
estribillo descendente es hermoso. The
Ballad of el Goodo es luz pura. El arpegio fosforescente que abre la
canción es el acompañamiento ideal para la hermosa melodía vocal, que desemboca
en uno de los estribillos más espiritualmente elevadores que existen. Parece mentira
que este mismo grupo después grabaría cosas como You Get What You Deserve o Holocaust.
Tengo entendido que una versión del tema In
the Street fue usada en “That 70s Show”, el cual nunca vi ni pienso hacerlo
de momento, pero demuestra que este olvidado grupo quizás no está tan olvidado
como pensamos. O quizás sí, ya que la gente debe recordarlo como el tema del
programa y no como el tema de Big Star. Su riff, en otro contexto, podría ser
aplastante y mastodóntico. Afortunadamente, la banda evita los excesos y lo
interpreta con toda la frescura y soltura posible, consiguiendo otro tema pop
rock de altísima calidad. Y casi me olvido de su estribillo. Si ya están hartos
de escuchar la palabra “estribillo”, pues váyanse y dejen de leer. Es imposible
hablar de este disco sin mencionarlos. A todo esto, ¿Por qué George Starostin
compara el riff de este tema con el de Day
Tripper? No veo el parecido por ningún lado.
Thirteen es todo lo contrario a lo que veníamos escuchando. Es más
triste y melancólica. Igualmente, sigue siendo demasiado colorida para encajar
en los dos siguientes discos, así que no se siente fuera de lugar acá. Y no sé
por qué, pero me encanta la referencia que hace en la letra a Paint it Black de los Stones, y los
coros aumentan esa sensación de nostalgia adolescentística. Glorioso. Don’t Lie to Me tiene un riff coqueto. Sexi pero no sexual. Me
recuerda un poco al tema Man I Feel Like
a Woman de Shania Twain, pero pueden ser mis nervios. Aunque la melodía
vocal sea algo repetitiva y el solo sea medio caótico, logra funcionar a la
perfección para mí. The India Song es
una composición de Hummel. Un tema folk con lo que parecen ser flautas y una
melodía infantil. Es el único tema del disco que suena más infantil que
adolescente, y no lo digo en un sentido despectivo. Es realmente linda, si bien
no es ningún clásico. When my Baby’s
Beside Me parece una composición de los Rolling Stones, pero con un
acercamiento más pop. Los versos y el estribillo no varían demasiado, pero
funciona bien gracias a pequeños detalles como las palmas en el último y el
aumento gradual de energía. Otra experiencia en sí misma.
My Life is Right es como una versión setentosa del “A Hard Day’s
Night” de los Beatles. Empieza tranquila o, al menos, contenida (que no es lo mismo)
para después explotar en una masa portentosa de coros y arpegios en el
estribillo. Los siguientes versos están más recargados instrumentalmente, pero
nunca se siente agotadora. Es decir, por algo esta música se llama “POWER pop”.
Se supone que tiene que tener potencia. Give
me Another Chance es algo parecida a la canción que la precede, con la
diferencia que el estribillo mantiene la tranquilidad. A pesar de sus
similitudes con My Life is Right,
logra evocar sentimientos convincentes, lo que la vuelve otro clásico. Try Again es otra canción acústica que
no llega a ser grandiosa, tanto por su falta de detalles sobresalientes (más
allá del uso del slide) como por la voz de Bell, que no me gusta mucho como
suena acá. Tampoco está mal y logra transmitir una sensación convincente de
melancolía, aunque no tan bien como Thirteen
o los temas más oscuros de sus dos siguientes placas. Y sé que es caer en el
cliché, pero la melodía y los arreglos de Watch
the Sunrise me evocan exactamente lo que dice el título, ¿Así que qué
quieren que diga si eso es lo que transmite? ¿Qué me hace viajar a una selva
urbana y espacial? Obvio que no. Para eso tenemos a gente como Air y su “Moon
Safari” (otro gran disco del que voy a hablar algún día). No sé por qué tanta
gente lo considera un tema menor. A mí me encanta. Por último, ST 100/6 es un final de un minuto
cantado tanto por Bell como por Chilton cuyas primeras notas me dan una
sensación de deja vu, de haberlas escuchado en otra parte, pero no consigo
recordar en dónde exactamente. Déjenme pensar… ah, sí. Ya sé. Me recuerda a Little Bit of Emotion de The Kinks, el
tema del disco “Low Budget”, lanzado en 1979. Entonces, considerando que este
disco que estamos reseñando se lanzó en 1972, eso significa que es aquella la
que debería darme un deja vu de esta. Es mi menos preferida del disco, pero
solo por el hecho de que está subdesarrollada. Si la hubieran trabajado más,
hubiera sido un clásico. Tampoco es un mal cierre, dentro de todo.
Uno de los mejores discos de power pop de la historia. ¿Qué más puedo agregar? No tiene ningún punto flojo importante. Tampoco es un disco “maduro” en el sentido con el que suelo entender a obras que considero diez de diez. Es decir, es un trabajo sin pretensiones artísticas importantes de una banda que solo moderadamente mostraría pretensiones artísticas importantes. ¿Es realmente necesario ser ambicioso para hacer un trabajo de diez? Y… depende de lo que entendamos por “ambicioso”. No es un trabajo arriesgado ni propone nuevos caminos musicales (digan lo que digan, al power pop lo inventaron los Beatles), pero a veces solo basta hacer lo correcto en el momento correcto. Este grupo lo hizo. Que la gente tardara en darse cuenta es otra cosa. Un disco perfectamente adecuado y lleno de grandes canciones a veces importa más que intentar salir con un nuevo “Sgt. Pepper” (ejem, Oasis y su “Be Here Now”). Pero estoy divagando para hacer más interesante esta reseña. Mejor voy cerrando y les dejo una reflexión: qué diferente sería el mundo de la música actualmente si más personas se hubieran fijado en Big Star en su momento en vez de darle bola a Kiss. En vez de tener grupos de cock rock espantosos por doquier tendríamos grupos de power pop espantosos por doquier, ya que pocos tendrían el talento de Bell y Chilton para componer grandes canciones sencillas. Kiss nunca tuvo ningún talento más que para hacer caja. Ahora sí, chau.
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