martes, 15 de junio de 2021

Big Star - Radio City


Nota: 9
Mejor tema: September Gurls
Peor tema: Mod Lang
 
1)      O My Soul
2)      Life is White
3)      Way Out West
4)      What’s Going Ahn
5)      You Get What You Deserve
6)      Mod Lang
7)      Back of a Car
8)      Daisy Glaze
9)      She’s a Mover
10)    September Gurls
11)    Morpha Too
12)    I’m in Love With a Girl 

Y seguimos con Big Star, la estrella musical que nunca pudo brillar lo suficiente. Mejor dicho, la estrella que brilló con todas sus fuerzas pero que poca gente pudo contemplar, ya sea porque estaban boludeando con sus celulares jugando al Free Fire o escuchando bandas menores (y no. No voy a dar ejemplos. Ya saben de quiénes hablo). Normalmente me tomo un tiempo para comentar a una misma banda pero, considerando que la discografía de esta gente no es muy grande (cuatro discos de estudio), voy a hacer una excepción. Igualmente, denme tiempo para que comente al “Third/Sister Lovers”, que todavía no lo tengo digerido.

Ya había contado en clave humorística (bah. “Humorística”) que Chris Bell y Alex Chilton no se estaban llevando muy bien. Esto sucedía debido a la frustración por la falta de éxito comercial. Los miembros del grupo (no solo estos dos) habían llegado a agredirse físicamente. Bell incluso llegó a destrozar el bajo de Andy Hummel después de que este lo golpeara en la cara, a lo que Hummel se vengó. Encontró la guitarra acústica de Bell en su auto y la hizo percha con un destornillador. En noviembre del 72, Bell dejó la banda. El proceso de grabación del segundo disco continuó, y Bell volvió a sumarse al grupo, pero se volvió a desatar el infierno. Las grabaciones con las canciones nuevas desaparecieron misteriosamente y Campana (para no repetir el nombre “Bell” nuevamente), sumido en las drogas, llegó a atacar el auto de John Fry, que era el dueño de Ardent Records (la disquera que los había contratado). Aparte de las drogas estaba sumido en la depresión, así que Timbre dejó la banda una vez más. La banda se desbandó.

Después de unos meses, tanto Chilton como Stephens y Hummel decidieron reunirse de nuevo. Volvieron a trabajar en el disco (aunque en los temas Mod Lang, She’s a Mover y What’s Going Ahn participan unos tales Danny Jones al bajo y Richard Rosebrough a la batería). El nombre del álbum vuelve a ser una broma sobre el deseo del grupo de fama y éxito. Nuevamente hubo buenas críticas, pero el aspecto comercial no acompañó. Otra vez, la distribución fue pésima (algo me dice que esta vez fue una venganza de Fry por el ataque a su auto. No me sorprendería). Si me preguntan, es una lástima, ya que estamos ante otro gran disco.

Durante mucho tiempo tuve el conflicto interno de elegir cuál de estos dos primeros discos era mi favorito de la banda. Ambos tienen sus ventajas, pero finalmente ganó el debut por ser más consistente y sin un solo tema de relleno, además de que falta una de las cabezas pensantes y compositoras de este grupo acá, lo que inevitablemente hace que esta continuación se sienta más pálida que la primera entrega. Ahora bien, hablé de que cada disco tiene sus ventajas. Eso significa que este, aunque sea en algún aspecto, es mejor que el primero. ¿Cuáles pueden ser esos aspectos? Bien, lo primero que noto es que, a pesar de ser menos consistente como un todo, las mejores canciones acá superan por mucho a las mejores canciones de “#1 Record”. El grupo, por momentos, suena más convincente y ajustado a la hora de componer. O My Soul, You Get What You Deserve y September Gurls están mucho más logradas que casi cualquier cosa de su primer trabajo. Algo esperable por la experiencia que habían acumulado, pero loable igualmente. El otro aspecto en el que veo a este trabajo como superior a “Record” es en el hecho de que, estilísticamente, contiene elementos tanto del anterior trabajo como del siguiente “Sister Lovers”. Es así. Mientras que “#1” era demasiado optimista y el siguiente sería demasiado pesimista, este logra un punto medio entre ambos estados de ánimo. Y guarda que no es la típica “mezclo una canción alegre con una más bajón”, como si fueran canciones de dos obras diferentes que nada tienen que ver entre sí. No. Acá las canciones alegres no suenan tan luminosas y las canciones tristes no suenan tan lacrimógenas. Todas tienen sus matices. Son más tridimensionales, si queremos usar terminología más exquisita. Se logra así un equilibrio del que Thanos estaría orgulloso. Si en vez de borrar a la mitad de la vida en el universo, el titán loco hubiera escuchado este disco de Big Star, probablemente hoy Tony Stark y Black Widow estarían vivos. Quién sabe.

Empezamos con O My Soul, que repite el estilo glam de la introducción a su anterior placa, solo que acá con un toque más funk, y el resultado es excelente. Hasta diría que me gusta más que Feel. Entre ese tono de guitarra lleno de vida, los cambios de ritmo y la percusión, se logra un clásico instantáneo con muy pocos elementos. Los comienzos de disco de esta gente nunca decepcionan. Bien ahí. En comparación, Life is White se me hace un chiquitín menos interesante, pero es solo por comparación. Sigue siendo un buen tema en sí mismo, con buenos adornos de armónica y un excelente solo de piano que me recuerda al estilo del “Muswell Hillbillies” de The Kinks. Sin embargo, Way Out West se me hace más interesante, gracias a su melodía que me recuerda un poco al estilo de la banda The Move, sus remates de percusión y su guitarra a lo Byrds. Me gusta el contraste entre el riff y la melodía más melancólica. Podría marcarla en rojo si estoy de buen humor.

What’s Going Ahn empieza con un lindo arreglo de guitarra y le sigue una buena melodía vocal resignada. Todo muy bonito hasta ahí, pero nada del otro mundo. Ahora, cuando llega esa melodía cíclica de guitarra que da paso al estribillo… a la miércoles, es uno de los estribillos más hermosamente derrotistas que haya escuchado nunca. Sumado a ese final con esos repetidos “Oh no” son lo que definitivamente muestran el valor musical de esta balada. Gran canción. You Get What You Deserve me recuerda a Creedence. No tanto por tener influencias country o boogie (que no las tiene), sino porque logra esa “oscuridad accidental” que evoca la banda de Fogerty en canciones como Sinister Purpose. De hecho, es tan poco pretensiosa que logra, de alguna extraña manera, ser amenazante. Y lo mejor es que no se olvida de entregar encantos en lo musical. Un estribillo fantástico (el mejor del disco) y un trabajo soberbio de guitarra. Temón, señoras y señores. Mod Lang tiene un efecto de distorsión en la guitarra que no termina de convencerme, melódicamente es más débil y la voz de Chilton no me termina de cerrar. Digamos que es lo más flojo del álbum, aun sin ser mala. No tengo mucho más para decir de este temita.

Back of a Car es de lo más cercano que hay a la alegría del debut, pero esos remates vocales lentos y descendentes (acompañados por la guitarra) le dan un aire algo más oscuro y pesimista, al menos en mi opinión. Sigue siendo pura gloria melódica e instrumentalmente, de todas maneras. Daisy Glaze tiene dos partes: la primera más lenta y baladesca, con una buena melodía de guitarra pero con una interpretación vocal bastante sensiblera; y la otra más movida, con un Chilton más convincente al micrófono y una guitarra que se hace algo repetitiva. Como un todo, ambas secciones tienen sus cosas buenas y malas. Aprueba sin destacar. Lo primero que escuchamos en She’s a Mover es una voz normal que dice “I think so, maybe. One, two, three, four” (que no sé si sea una referencia a cómo empieza I Saw Her Standing There de los Beatles), y un tamborileo nos mete de lleno en un medio tiempo que no llamaría optimista en el sentido más literal de la palabra, pero que parecería apuntar para ese lado. Digamos que es uno de los temas “tridimensionales” de esta obra. En cualquier caso, ese “Oh, she’s a mover” que hace de estribillo y el riff principal son geniales. Su final puede ser algo caótico, pero tiene sus pequeños cambios que la hacen valer la pena como un todo. Una pequeña joya subestimada.

September Gurls (What’s Going Ahn, este tema, Kizza Me de su siguiente disco. ¿Qué onda con escribir mal las palabras?) es la más cercana al estilo de los Byrds, y creo que es exactamente por eso que es mi favorita del disco y, quizás, de la banda. Este tema es la alegría personificada. El tono de guitarra es celestial, la melodía vocal se derrite en los oídos, es solo es gloriosamente pegadizo, fluido y melódico… ¿Qué más se puede pedir? Es la perfección hecha pop. La letra me suena a algo que podría haber escrito Kiss, pero Big Star tienen la liviandad y el talento musical suficiente para que no moleste en lo más mínimo. Después de todo, y a diferencia de Kiss, Big Star son adolescentes confesos en lo que a lo musical se refieren, y actúan en consecuencia. No se hacen los machos sin nada que los justifique, sino que Chilton y los otros son unos auténticos don nadie como el resto de nosotros. El álbum termina con dos temitas menores, y con “menores” no me refiero a su humildad musical solamente, sino a lo breves que son estas dos piezas. Morpha Too y I’m in Love With a Girl. La primera a puro piano y la segunda a pura guitarra acústica. Digamos que están bien, que proveen un relax después de la catarsis de September Gurls, ¿Pero dos viñetas seguidas? Hubieran dejado solo una (Cuál debería quedarse y cuál debería irse lo dejo a su criterio). Así como están me resulta medio anticlimático, pero así son las cosas. ¿Qué le vamos a hacer?

Acá tenemos otro gran disco. No es tan consistente como el primero, pero tiene mejores canciones y una mayor variedad de estados de ánimo. Si el “#1 Record” fuera Marvel (por lo luminoso y optimista) y “Third/Sister Lovers” fuera DC (por lo en serio que se toma a sí mismo), entonces “Radio City” sería 20th Century Fox en lo que a cine de superhéroes se refiere. Es decir, tienen su dosis de “estamos haciendo alto arte”, pero saben balancearlo correctamente con momentos de distensión y alegría. Al igual que me pasa con estas tres compañías, 20th Century Fox no es la mejor de los tres. Sigo prefiriendo el Universo Cinematográfico Marvel y, en este contexto, a “#1”. Tampoco es que lo que escuché de “Sister Lovers” no me guste de la forma en que muchas películas del actual Universo Cinematográfico DC me embolan. Bueno, la verdad es que ya ni siquiera yo tengo idea de lo que quería plantear con esta metáfora. Mi punto principal es, “Radio City” es más pop de calidad de una banda con tremendo talento melódico. No tan sublime como la primera entrega, pero mucho mejor de lo que las segundas partes suelen ser. No lo dejen pasar.


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