viernes, 13 de agosto de 2021

Spirit - Spirit


Nota: 10
Mejor tema: Mechanical World
Peor tema: Elijah
 
1)      Fresh Garbage
2)      Uncle Jack
3)      Mechanical World
4)      Taurus
5)      Girl in Your Eye
6)      Straight Arrow
7)      Topanga Windows
8)      Gramophone Man
9)      Water Woman
10)    The Great Canyon Fire in General
11)    Elijah 

 [Bonus tracks]

12)   Veruska
13)   Free Spirit
14)   If I Had a Woman
15)   Elijah (alternate take)


Este sería mi disco psicodélico favorito si no fuera por una simple razón: ni siquiera sé si es un disco psicodélico. Es decir, tiene obvias influencias psicodélicas, pero hay tantas otras influencias y sonidos reunidos en estos once temas que ponerle esa etiqueta restringe demasiado su naturaleza multifacética. Ya vamos a llegar a eso.

Primero lo primero. Lo que estarán pensando en este momento es “¿Quién chucha es Spirit, guacho elitista y snob?”. Simple, Spirit es un corcel ficticio de una película de Dreamworks Animation, y también es un grupo de rock fusión estadounidense de Los Angeles de los 60, formado por Randy California en guitarra, Ed Cassidy en batería, Mark Andes en el bajo, Jay Ferguson en voz y percusión y John Locke en teclados. Haría ahora mismo un chiste con que tiene el mismo nombre que el filósofo, pero me lo voy a guardar para más tarde. Estén atentos. Volviendo a la banda, se formó aproximadamente en el 67, y traía diversas influencias de varios de sus miembros:

-    Ed Cassidy (que además era el padrastro de Randy. Imaginate tener a tu familiar en tu banda. No podés vivir una vida de rockstar tranquilo) era un baterista de jazz que había tocado con Thelonious Monk, Cannonball Adderley y más nombres que para muchos significarán un montón, pero no para mí porque no escucho mucho jazz.

-   John Locke también venía del ámbito del género con sobredosis de instrumentos de viento, aunque había formado el grupo The Red Roosters con Randy.

-   Este último había tocado con ni más ni menos que Jimi Hendrix cuando todavía era Jimmy James (de hecho, fue él quien le puso a Randy el apodo “California” para distinguirlo del otro Randy: Texas). Lo que es más, California iba a salir de gira con Jimi, pero la madre y el padre se lo prohibieron porque todavía tenía 15 años y tenía que ir a clases.

-  Mark Andes había sido uno de los primeros miembros de Canned Heat antes de que la banda firmara contrato.

- Jay Ferguson había estudiado piano clásico de chico para después pasarse al banjo a los 16 años y, junto con su hermano, pasó a formar un grupo de bluegrass llamado The Oat Hill Stump Straddlers. También formó parte de The Red Roosters.

Después de haber filmado estas películas individuales de sus vidas y en un intento de igualar el éxito de taquilla que tendrían las películas de Los Vengadores, ese director de cine llamado “destino” decidió hacer el crossover definitivo y reunir poco a poco a los diversos músicos en una misma banda. Fue así que a la mencionada banda The Red Roosters de a poco se les sumó Ed Cassidy y Locke, aparte de que se cambiaron el nombre. La banda pasó a llamarse Spirits Rebellious (por un libro de Kahlil Gibran que tampoco leí ni conocía a su autor), y luego se acortó a Spirit. Grabaron sus primeras demos con la producción de su compañero de habitación de la zona de Topanga Canyon: Berry Hansen. En agosto del 67, el productor de The Mamas & The Papas, Lou Adler, hizo que la banda firmara con Ode Records, y sacaron este debut autotitulado en 1968. A por él.

Bueno, ¿Qué podemos decir de este disco a rasgos generales? Está difícil decir algo que George Starostin no haya dicho sobre él. Sus claves son: diversidad bien entendida, una interpretación profesional de los instrumentos y excelente… Bah, qué digo excelente. SUBLIME composición. La mayoría de las canciones están compuestas por Ferguson, y todas son geniales, lo que habla bastante de su genio usualmente pasado por alto. De la gran interpretación instrumental ya hablé al hablar del trasfondo de los miembros. Por último, con respecto a la diversidad, es uno de los discos más diversos que haya escuchado. Podría caer en la típica en la que se cae cada vez que uno se topa con un disco ecléctico y decir “Este es el White Album de Spirit”, pero en este caso sería un error, ya que el disco de los Beatles salió el 22 de noviembre de 1968, y este salió el 22 de enero de 1968 (qué puntería), así que el White Album sería el “Spirit” de los Beatles. Además, el enfoque de cara al eclecticismo es diferente en cada caso. Mientras que el disco de los Beatles era variado de canción a canción, con cada tema restringiéndose a un único estilo por lo general, el trabajo de los angelinos combina diversos estilos en una misma canción, resultando así en una escucha más coherente. No digo que me guste más este disco que el White Album, pero sí que es más especial en ese sentido. Su forma de abordar esta diversidad de géneros me recuerda más al Arthur de The Kinks o al Stand Up de Jethro Tull (ambos saldrían al año siguiente). También destaco las letras. Aunque no son muy buenas, sí hay que reconocer que toca temas interesantes por lo general, como la ecología (Fresh Garbage) o críticas a la industria discográfica (Gramophone Man). Pero suficiente. A las canciones.

Fresh Garbage arranca el disco con un ritmo latino frequísimo y sabrosón, muy al estilo de lo que haría Santana. A esto sumémosle la bufonesca y adictiva entonación de Ferguson y el intermedio instrumental entre lo jazzero y lo atmosférico. Un temazo. Led Zeppelin solía meter este tema en las improvisaciones de sus primeros años. Lo escuché en internet y, francamente, suena espantoso. Más que “basura fresca”, parece caca que estuvo tres semanas al sol. Y hablando de Led Zeppelin, quizás Taurus (compuesta por Randy) les suene familiar a algunos. La razón es simple: a los 44 segundos entran unos arpegios que suenan exactamente como el arreglo acústico de Stairway to Heaven. En 2016, los herederos de Randy California llevarían al grupo a juicio por este motivo, y lo perderían. Siendo honestos, yo también pierdo el juicio cuando me doy cuenta de que los pocos que conocen a Spirit lo hacen por este episodio de plagio. Muchos dicen que es más probable que Page se haya inspirado en el arreglo de Cry me a River de Davey Graham, que también sirvió de influencia para Taurus. No es imposible pero, considerando que Led Zeppelin solían ser teloneros de Spirit en sus giras por Inglaterra, sería una coincidencia demasiado grande. Demasiado. En cualquier caso, Taurus es un tema bellísimo. Un instrumental con influencias folk y celtas hermosamente envolvente. En siguientes discos, California compondría más canciones, pero este primer intento (o uno de los primeros) no está nada mal.

Mechanical World tiene un ritmo repetitivo pero siniestro, con un par de notas ascendentes que avanzan como marcha de la muerte (y no me refiero al máximo nivel de dificultad de “The Witcher 3”). La melodía vocal es resignada, como si el protagonista aceptara la muerte inminente que se le viene encima. También tenemos pasajes de guitarra hendrixiana y una sección más orquestal “Once in my younger days/Once in my younger days I had a girl to love” que es sublime. Por último, el cierre súbito que asesina al tema realmente deja un vacío en el cuerpo. Espectacular. En una tónica similar está The Great Canyon Fire in General, con armonías vocales etéreas cantando una melodía que va hacía lo inesperado (esas pausas entre una línea y la otra me descolocan. En el buen sentido), un pianito medio disonante (al estilo de I Want to Tell You de los Beatles) y unos intermedios instrumentales con la guitarra adoptando un sonido cuasi orquestal que me suena mucho a lo que haría Brian May con Queen unos años más tarde. Hablemos de premoniciones.

Hasta el momento mencionamos ritmos latinos, jazz, folk, orquestaciones y psicodelia. ¿Qué sigue? Brit pop, por supuesto. Toda una rareza para un grupo estadouniyanqui, pero les sale muy bien. Uncle Jack parece un tema de los Who tempranos. El riff principal me recuerda mucho al sonido de una tuba, y las melodías vocales son adictivas y creativas. Todo esto adornado con solos ácidos de guitarra. Straight Arrow está basada en el padre de Mark Andes, que era actor. La melodía inocente y adorable me recuerda mucho a The Move, y la atmósfera medievalesca está perfectamente lograda. Claro que no iba a ser todo color celeste (ni que el rosa fuera el único color bonito e inofensivo), así que en el estribillo (“You gotta watch out where you go/And watch out who you know”) adopta un tono más amenazante para luego darle paso a más guitarras lisérgicas y un final disonante pero bien logrado.

¿Todavía no están conformes con la diversidad? Pues tengan Girl in Your Eye, en la que la guitarra adopta el sonido de una cítara e interpreta una melodía lenta y densa que da paso a un solo de guitarra con efecto de phasing bien, bien pinchudo. Como cuerpo de puercoespín o de pez globo. Me gusta mucho. Topanga Windows es psicodelia liviana con lo que parece un slide que le da un toque honky tonk al fondo y un estribillo enérgico que parece que va a hacer explotar la canción, pero que inmediatamente vuelve a relajarse. Lo más cercano a dicha explosión de energía es el intermedio instrumental bien “rootsy”, bien al estilo de lo que los Rolling Stones harían a partir del Beggars Banquet, riquísimo y gustoso. De paso, este intermedio confirma nuestras sospechas honky tonk del inicio. Me sorprende como el roots rock y la psicodelia, dos géneros que deberían ser enemigos (debido a que el primero desbancó al segundo), aparecen ya no en una misma banda o en un mismo disco siquiera, sino en una misma composición. ¿No fueron maravillosos los 60? Digo, si sacamos las injusticias, las enfermedades y las amenazas de una guerra nuclear, por supuesto. El último clásico que me queda nombrar es Gramophone Man, con su ya mencionada crítica a la industria musical propia del Lola vs Powerman and the Moneygoround de The Kinks. La melodía oscura y cadente de los versos se ve acentuada con el preestribillo “Gram man/gram man” y el estribillo en sí mismo. En el medio tenemos otro cambio de ritmo que tiende al jazz. Excelente canción.

Dejé a propósito las dos canciones más débiles para el final. La más corta y la más larga, respectivamente. Water Woman es un country con armonías vocales y unos efectos de burbujas que me recuerdan a lo que sería Octopus’s Garden de los Beatles. Su único pecado es no estar a la altura de los mejores temas, pero su melodía es bonita y le da aún más diversidad al conjunto, así que bienvenida sea. Elijah, por su parte, es un instrumental de free jazz de casi once minutos. Desgraciadamente no tiene mucho agarre, y fue compuesta por Locke. Maldita sea, Locke. No solo inventaste el liberalismo y les diste herramientas a los capitalistas para hacer pelota al mundo, sino que también te robaste un cuarto de la duración de un disco impecable en otros aspectos. Francamente, no sé qué es peor. Bueno, estoy exagerando. Originalmente había considerado bajarle un punto al disco por este tema, pero la verdad es que no está tan mal. Tiene un muy buen riff y algunos pasajes muy copados. Además, comparado con otras aberraciones similares (ejem, Sister Ray de The Velvet Underground, Revelation de Love, You Doo Right de Can y muchos “ejem” más), al menos hay más música que ganas de romper las pelotas y hacerse los raros, así que mi voto es positivo.

Eso no significa que no podría haberse reemplazado con alguno de los temas extra, como el instrumental psicoheavy Veruska o la más festivo-lisérgica If I Had a Woman (ambas de California), incluso el otro instrumental de Locke Free Spirit, que también resulta inconexo pero que al menos dura solamente cuatro minutos y medio en vez de once. De última, haber puesto la versión alternativa de Elijah. No la escuché ni tengo ganas de hacerlo, pero dura un minuto menos según los créditos, así que menos es más en este caso.

Y ahora, algo completamente diferente. La conclusión.

¿Qué más puedo decir? Este disco es una biblia musical. Me acuerdo de que Isaac David, de “El muro del Rock”, había hablado del disco debut de The Move como un debut sorprendente en el sentido de que suena terriblemente maduro y quintaesencial. Honestamente, creo que dichas etiquetas le quedan mejor a este disco. Suena tan diverso, con tan buenas canciones y con una banda tan segura de sí misma que parece mentira que fuera la primera grabación de un grupo que apenas llevaba un tiempo tocando en conjunto. Muchos alaban al Surrealistic Pillow de Jefferson Airplane como el disco psicodélico estadounidense definitivo, pero creo que esta obra es mucho más lograda, diversa y está mejor interpretada. Como dije al inicio, el único motivo válido para no poner este disco en el podio de la psicodelia es porque trasciende por mucho esa definición. Fuera de eso, es indispensable en cualquier colección. Compralo, dale. Es esto o creer que Bon Jovi es un gran músico.


2 comentarios:

  1. Buen disco

    Un saludo desde Las Galletas de María

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    1. Gracias por comentar. Un gran disco, sin dudas. Lástima que el mejor momento de este grupo fue tan breve. Solo cuatro discos, de los cuales nada más que "Twelve Dreams of Dr Sardonicus" está a este nivel (o casi). Los otros dos también son muy buenos, pero no obras maestras. Por cierto, perdoná que tardara en aprobar el comentario. Y una última cosa, ¿Qué te pareció mi reseña? ¿Algún consejo que me puedas dar para mejorar? Bueno, no te jodo más. Nos vemos y gracias una vez más.

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