miércoles, 12 de enero de 2022

The Who - The Who Sings my Generation


Nota: 9+
Mejor tema: The Kids are Alright o The Good’s Gone
Peor tema: I Don’t Mind

1)      Out In the Street
2)      I Don’t Mind
3)      The Good’s Gone
4)      La La La Lies
5)      Much Too Much
6)      My Generation
7)      The Kids Are Alright
8)      Please Please Please
9)      It’s Not True
10)    The Ox
11)    A Legal Matter
12)   Instant Party (Circles)


Qué lindas se ven las canciones coloreadas con los tres colores diferentes, ¿Verdad? Bueno, la verdad es que las pintadas en azul no tienen razón de ser y no deberían estar acá ni en ningún disco serio, pero eso no quita que se vean preciosas a colores. En fin. Ya me estaba tocando hablar de The Who. Mi ex absoluta banda favorita de todos los tiempos. Ahora ese puesto le corresponde a los Fab Four. Si bien ya los conocía de antes, mi interés por ellos nació al leer la página Drmusicstudio. En ella, Federico Fernández (su autor) decía (y cito), “en sus épocas de gloria, y en ciertos aspectos, The Who es la mejor banda que haya existido jamás”. Es una declaración algo grandilocuente, y me hizo esperar grandes cosas de este grupo. Aunque al principio no me parecieron la gran cosa, con las repetidas escuchas esta declaración se convirtió en una realidad. Al menos, en MI realidad. Seamos honestos, Pete Townshend es quizás el mejor compositor de la historia. Mientras que los Beatles tenían a Lennon, McCartney y, en menor medida, George Harrison (pobre Ringo. Él no cuenta. Al menos compuso la genial Octopus’s Garden), Townshend hacía todo solo (y sí, sé que Entwistle también componía, pero no lo suficiente como para balancear), así que imagínense. Sinceramente, y volviendo a parafrasear a George Starostin, siento que los Who hubieran sido más grandes que los Beatles si hubieran tenido un segundo compositor a la altura de Townshend. Aunque claro que no podemos juzgar a una banda por una hipótesis. La realidad es que los Beatles son los número uno y los Who los número dos, y espero que los Rolling Stones no los rebajen al tercer puesto con el tiempo. No importa mucho, porque la realidad es otra. Claro que, maldita costumbre, me estoy babeando demasiado y contando muy poco, así que vamos a lo nuestro.

The Who empezó en 1963. En espíritu, mas no en nombre, pues pasaron por muchos hasta encontrar el definitivo. Sus fundadores fueron Pete Townshend (guitarra) y John Entwistle (bajo). Tocaban Rhythm and Blues y formaban parte de la comunidad mod. Esta comunidad no era de gente que se dedicaba a hacer modificaciones a videojuegos como Half Life o Grand Theft Auto, sino que refiere a una subcultura joven (joven en aquel entonces) que buscaba un cambio cultural (aunque estoy seguro de que muchos de sus integrantes ahora se quejan de la juventud de hoy en día) y que es muy compleja para abordar en este momento. Volviendo a la banda, en ese momento se llamaba The Confederates, y los únicos miembros importantes eran ellos dos, hasta que Entwistle conoció a Roger Daltrey, que tocaba la guitarra en otra banda llamada The Detours, y decidió unirse a la misma. Townshend hizo lo mismo. Luego sale el vocalista y Roger toma ese lugar, por lo que Pete queda como el único guitarrista. Más salidas. En 1964 se retira el baterista y toma el lugar Keith Moon, por lo que se crearía así la formación clásica. Originalmente se llamaron The High Numbers, y no tenían mucho éxito, hasta que un día Pete dañó accidentalmente su guitarra y, de la bronca, se puso a estrellarla hasta terminar de romperla. El público pensaba que esto era parte del espectáculo y se puso a aplaudir. Este episodio les trajo más seguidores que los iban a ver romper su instrumento (qué triste que te reconozcan por eso, pero al menos esa coincidencia nos permitió oír parte de la mejor música rock de todos los tiempos). Su popularidad fue en ascenso hasta que pudieron grabar este debut. Pasemos a él.

Bien, ¿qué tengo para decir de este álbum? Primero que nada, analicemos su importancia histórica. Este álbum es considerado como el primer disco punk de la historia. ¿Qué tan cierto es eso? Antes de este disco, lo más cercano al punk eran Los Saicos de Perú, y solo en unas pocas canciones. En este disco, lo más punk que hay es el tema titular. Si bien la actitud y el espíritu punk está presente, la forma (o la “presentación”, si es que nos queremos poner en “cunilingüistas”. Gracias, TV Tropes, por esa expresión) es diferente. Hay todavía demasiado de R&B, de pop y de psicodelia en la música. Además, como dijo nuevamente George Starostin, punk en espíritu es una descripción muy vaga que podría abarcar casi cualquier cosa. Por mucho que me gustaría hacerlo, me cuesta considerar “punk” a este disco. A duras penas lo puedo considerar protopunk. Lola (lo-lo-lo-lo-Lola).

Eso no significa que el disco no sea innovador a su manera. El uso del feedback, el virtuosismo de los instrumentistas (y no cuento a Roger Daltrey porque todavía no está al tope de su forma) o los temas que tratan las letras sí que son algo poco usual para la época. Soy de la idea de que nadie abarcó las complejidades de la adolescencia como Pete Townshend, y eso se refleja en temas como My Generation o The Kids Are Alright. Además, las canciones no se quedan en las letras, sino que la composición y la interpretación son de primer nivel. Otra cosa a destacar que podría considerarse innovadora para su tiempo es el hecho de que, de estas doce canciones, diez son originales. No solo eso, sino que son excelentes y no mero relleno para completar un disco. Y eso que ni siquiera necesitaron poner las canciones I Can’t Explain y Anyway Anyhow Anywhere. Es cierto que los Beatles se les adelantaron en este aspecto con “A Hard Day’s Night” pero, como digo siempre, la innovación es colectiva, no individual. No sirve de nada hacer algo nuevo si no funciona de ejemplo para otros. ¿Qué tul, Jethro?

Los primeros sonidos del álbum recuerdan tanto a la introducción del mencionado Anyway Anyhow Anywhere como a lo que sería Boulevard of Broken Dreams de Green Day décadas más tarde. Se trata de Out in the Street, un R&B algo discreto pero cargado de energía y un buen ambiente festivo, que es lo que la hace interesante. No está mal. Lo que sí está mal es I Don’t Mind, uno de los dos covers de James Brown que la banda hace. No es horrible como mucha gente dice, pero suena terriblemente pálida y refrenada. Nada que ver con los bestiales covers que la banda haría en directo. Afortunadamente llega el primer clásico del disco: The Good’s Gone, que suena a los Byrds de “Fifth Dimension”. Me encanta su riff arpegiado, su melodía oscura y el tono bajo en el que canta Daltrey. Es quizás mi tema favorito del disco. La La La Lies es otro punto alto. Suena a brit pop, como si los Kinks hubieran empezado a desarrollar este estilo durante el 65 y no a fines del 66. Puede ser insustancial para muchos, pero tiene un tremendo pianito juguetón y una de las mejores melodías vocales del álbum. Much Too Much, a pesar de no ser tan destacable, me gusta porque presenta dos facetas de Roger Daltrey: una más negra en los versos y una más pop en el estribillo. Dicho estribillo es muy adictivo, por cierto.

Hasta ahora no vengo mostrando particular inspiración en mis descripciones de los temas. Pero llega My Generation, y este tema merece que le dedique un poco más de tiempo. Veamos. Arranca con una progresión repetitiva de tonos que sí, es simple, pero de esa simpleza que solo Pete Townshend podía abarcar con éxito. De hecho, es curioso que una canción tan “simple” y “escandalosa” suene tan pulida y profesional en vivo. El punto es que tanto la letra como su energía, su solo de bajo (uno de los primeros solos de bajo en un tema no instrumental dentro del rock) y su todo en general logra funcionar a la perfección. Uno de mis momentos favoritos es cuando suben una octava al minuto 1:40, y mi momento favorito es la coda, en la que todos asesinan a sus instrumentos (y Daltrey asesina sus cuerdas vocales) en un final que representa a la perfección el término “caos controlado”. No, no es de mis temas favoritos del grupo. Ni siquiera creo que sea la mejor versión que hizo la propia banda del tema, pero sigue siendo una gran canción. Claro que mi absoluta favorita de este álbum es The Kids are Alright, un tema que me suena a power pop y a punk al mismo tiempo. Puede resultar algo anacrónica, pero es una gloria melódicamente hablando, y tiene una frescura que perderían en sus discos de los 70 (que no por eso dejan de ser obras maestras. Ojo). Un temazo.

Desgraciadamente, el álbum vuelve a perder fuelle con la otra versión de James Brown: Please Please Please, al menos acá Daltrey le pone más ganas al cantar, pero sigue sonando muy amateur no solo comparado con lo que sería su performance en los 70, sino con su trabajo en este disco. Y el resto del grupo no se queda atrás. Apáticos hasta decir basta. It’s not True es mucho mejor. Tiene un estribillo absolutamente adictivo y una letra tan absurda y delirante que llega a ser un garco de risa. Me gusta mucho, y un buen día la podría destacar. Ese buen día es hoy. La que destacaría incluso en un mal día es el instrumental The Ox. Si bien el primer solo de batería en un disco de rock que se me viene a la cabeza es Denny’s Drums de los Beach Boys (del disco “Shut Down vol. 2”, de 1964), este es sin dudas el mejor (y encima es anterior a Toad de Cream. El considerado primer solo de batería en el rock). No solo porque Keith Moon hace un ritmo arrollador (como si fuera una yunta de bueyes pasando por encima del escucha), sino porque todos los instrumentos hacen algo interesante (si bien se dedican a acompañar a la batería). Tenemos un pianito rápido y cabaretero, unos feedbacks y power chords furiosísimos y una línea de bajo espectacular. Así es como se compone un solo de batería que no solo los músicos pueden disfrutar, sino también el oyente casual. Por cierto, es curioso que The Ox sea el apodo de Entwistle pero que quien destaque es Moon.

A Legal Matter tiene un riff bailable y muy parecido al de The Last Time de los Rolling Stones (y encima también empieza con la frase “I told you…”, como bien señaló Federico Fernández), además de que la canta Pete. Dicho riff es excelente, y Pete no la canta nada mal. No sé si será porque ya me acostumbré a que esté cantada así o si realmente es porque a Townshend le queda mejor la voz para este tema, pero siento que hace un mejor trabajo del que hubiera hecho Roger. Buen tema. Para el final tenemos otro absoluto punto alto: Instant Party, también conocida como Circles. Tiene un maravilloso riff circular con un tono de guitarra como metalizado, unos “round and round” armónicos que nuevamente recuerdan a los Byrds, unos solos de guitarra con efecto de cítara, el primer uso del corno francés por parte de John Entwistle y una melodía de primer nivel. Es de lo más psicodélico que hay por acá (además de The Good’s Gone y, oh casualidad, ambas tienen reminiscencias de los Byrds), y otra de las canciones adelantadas a su tiempo, aunque sea por unos meses apenas. Gran cierre.

Y gran disco también. Desgraciadamente, no puedo ponerle el diez por culpa de esos dos aburridos covers. Si los hubieran sacado y hubieran puesto los dos singles que no llegaron a entrar, le otorgaría el diez y el honor de ser mi disco debut favorito de todos los tiempos. Sí, incluso por encima del “Mr. Tambourine Man” de los Byrds, el de The Doors y el The Lords of the New Church. Aun así, es un excelente primer intento del segundo más grande grupo de rock de la historia (por el momento. Los Rolling Stones están a la vuelta de la esquina). Algo que me olvidé de decirles es que, al igual que con la mayoría de las bandas de la época, hay una edición británica y una estadounidense de este álbum. La versión estadounidense simplemente se llama “My Generation” y tiene una foto en vista aérea de los miembros del grupo mirando hacia la cámara. Mucho mejor que la portada de la versión británica. Eso sí, quizás quieras comprar esta última, ya que la estadounidense omite el tema Circles y en su lugar pone un cover no muy logrado de I’m a Man de Bo Diddley. Aunque mucho mejor que los dos covers de James Brown, no iguala a la versión de los Yardbirds. La mejor solución es comprar las dos versiones y, a la edición británica, ponerle el librito de la versión estadounidense. O comprar la edición Deluxe, que trae todos los temas y un montón extra. Claro que eso arruina un poco el encanto de este disco, pero vivimos en una época en la que todo es mancillado por el material extra, así que qué le hace una mancha más al tigre. Fuera de eso, les recomiendo mucho este debut. Piénsenlo. Este disco hubiera sido una cima imposible de superar para la mayoría de los grupos pero, para los Who, era apenas un calentamiento para lo verdaderamente grande. Qué banda del carajo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario