Mejor tema: Mystic Queen o Arubaluba.
1) Slow Yourself Down
2) Mystic Queen
3) Six Ate
4) Separation
5) Never Let Go
6) Curiosity7) Arubaluba
Rock progresivo, damos y
caballeras. Mi página sobre música no podía ser considerada «respetable» si no
incluía alguna banda de este subgénero del rock. Como yo siempre voy a la
delantera, no voy a empezar hablando de obviedades como Pink Floyd o Genesis o
King Crimson, sino de los semidesconocidos Camel. Aunque ya conocía a esta
banda hacía mucho tiempo, no los escuché hasta el año pasado, y su sonido me
enganchó muy rápido hasta el punto de convertirse en una de mis favoritas del
género. Sí, gente. Camel es caviar fino, y la máxima demostración de que
aquella frase de los Beatles que dice «and in the end, the love you take is
equal to the love you make» está al nivel de cualquier frase de libro de autoayuda
o de Desmotivaciones. Si no es así, no se explica que una banda con una
discografía tan consistentemente buena e incapaz de sacar un trabajo malo no
tenga más reconocimiento y haya quedado como un grupo de nicho. Injusticias de
la vida.
Pasando a hablar de su historia,
¿qué es Camel y con qué se fuma? Como ya dije, es una banda de rock progresivo.
Es inglesa y se formó en Guildford, Surrey, en 1971. Su miembro más importante
es el guitarrista Andrew «Andy» Latimer. En un principio eran este, el
baterista Andy Ward y el bajista Doug Ferguson, que habían tocado en un trío
llamado The Brew en la mencionada área de Guildford. A principios de 1971
hicieron una audición para ser el apoyo del compositor Phillip Goodhand-Tait,
lo que les permitió aparecer en el disco «I Think I’ll Write a Song» grabado en
la disquera independiente DJM Records. Luego de esto, reclutaron al tecladista
Peter Bardens y, después de terminar un concierto en el que actuaban con el
nombre Peter Bardens’ On, se cambiaron el nombre a Camel. Su primer concierto
con este nombre fue en el Waltham Forest Technical College de Londres como
soporte para Wishbone Ash en diciembre del 71. Unos meses después, en agosto
del 72, consiguieron un contrato con MCA Records, en donde grabaron este disco
que salió a principios del 73. Vamos a él.
Bien, para analizar y valorar
este disco hay que tener en cuenta varias cosas. La más importante
probablemente sea que Camel es un grupo progresivo de segunda generación. Es
decir, que son hijos de la música de las bandas creadoras del género, como las
ya mencionadas en el primer párrafo. Esta llamada «segunda generación» no se
caracterizó por su innovación o, en muchos casos, por su excelencia musical.
Ciertamente, este disco no es ni el mejor disco progresivo del año (en el que
salieron cosas como «Dark Side of the Moon», «Larks’ Tongues in Aspic» o «Selling
England by the Pound». Poca cosa, definitivamente) ni el mejor disco debut de
una banda progresiva (para eso tenemos cosas como «In the Court of the Crimson
King» o «Emerson, Lake & Palmer»). Si consideramos estas limitaciones y
otras como la propia inexperiencia del grupo y escuchamos el disco con la
perspectiva adecuada, nos vamos a dar cuenta de que es un muy buen primer
intento. Puede que el grupo todavía no tenga maestría compositiva ni aporte
grandes ideas al género, pero sí tienen un sonido muy distintivo e interesante.
Hasta me animo a decir que supera a algunos debuts de bandas progresivas de la primera
generación, como el «From Genesis to Revelation», el «This Was» de Jethro Tull o
el auto titulado de Yes. Es solo cuestión de ponerlo en contexto.
Igualmente, el contexto no lo es
todo, y unas cuantas de estas canciones son espectaculares. No serán lo máximo
que puede ofrecer el rock progresivo, pero no están nada mal para un grupo que
apenas empezaba. Tomemos las dos primeras canciones. Slow Yourself Down arranca con un riff de guitarras y teclados para
luego pasar a una parte cantada que, sin atragantarse de melodías y ganchos,
ayuda a crear intensidad y clímax cuando es necesario. También tenemos unos
quiebres instrumentales de tintes arabescos, unos pequeños ritmos latinos que
dan paso a un rugido de guitarra que se asemeja a una locomotora arrancando (el
tren camello de la portada, supongo) y, a partir de ahí, es cambio tras cambio.
El tema, sin ser un magnum opus, se las arregla para ser emocionante y
atrapante en sus casi cinco minutos. Muy buena forma de empezar un primer
disco. Y guarda que Mystic Queen es
hasta mejor. Muy parecida a Echoes de
Pink Floyd, pero con suficiente personalidad propia. Empieza con una gentil y
emocional melodía de guitarra a la que se le suman los teclados y la nebulosa
parte cantada, que irradia belleza. Y nuevamente los quiebres instrumentales a
partir del segundo minuto nos elevan al paraíso. Esas melodías de teclado y
guitarra son puro heroísmo musical. Después, cerca del final, se repite la parte
cantada para gran efecto. El tema termina con otra melodía climática.
Excelente.
Six Ate es uno de los dos temas instrumentales. Algunas de sus
melodías parecen música de videojuego de Sonic. De hecho, me las imagino
sonando en algún nivel donde es todo metrópolis o laboratorio. Se hace un poco
aburrida, pero engancha lo suficiente como para no volverse insoportable. Igualmente,
es la más floja del disco. Separation
me suena hasta teatral de alguna forma. No sé explicar por qué. ¿Se referiría a
esto Jesús Gran cuando dijo que este tema le recordaba a Queen? Bueno, la
verdad es que el solo de guitarra del final recuerda mucho al estilo de Brian
May. También hay que decir que alcanza algunos clímax aceptables, tanto en la
voz como instrumentalmente, pero no es nada del otro mundo.
Never Let Go es una de las favoritas de los fans. Me gustan mucho
sus guitarras líquidas asistidas por el teclado, y la melodía vocal es muy
buena, pero no es la voz más adecuada para cantarla. Está cantada por Bardens,
y no tiene la mejor de las voces. Además, la melodía de flauta es bastante
boba. Podríamos llamarla «disonante», pero para eso tendría que ser
premeditada, y dudo que lo sea. Incluso si lo fuera, suena mal. En conclusión,
los fans y yo diferimos una vez más. Sigue siendo bastante buena en otros
aspectos. Curiosity empieza con un
teclado jazzero y hasta parece que va a ser una balada. Incluso la melodía
vocal es más que aceptable una vez más. Pero después le meten unos solos de
guitarra más pesados que no parecen tener mucho que ver. Si tuviera que
rescatar algo de este mejunje, diría que la melodía casi de canción de cuna del
teclado es muy linda, y algunas progresiones están muy logradas. Buen tema
dentro de todo. Y cerramos a todo trapo con Arubaluba,
el otro instrumental. Empieza con una melodía líquida y semipsicodélica lograda
por la conjunción de instrumentos. Después de eso, empieza a tomar velocidad
hasta llegar a la sección principal, que me hace imaginarme al tren camello de
la portada recorriendo las vías a toda velocidad. Es una imagen muy poderosa y
lograda. ¿No es este el objetivo del progresivo? ¿Meterte imágenes alocadas y
épicas en la cabeza? Puede que este tema sea una improvisación, pero cumple el
objetivo perfectamente, así que denme por satisfecho. Muy buen cierre.
Y muy buen disco también. Quizás
parte del motivo por el que fracasó en su momento sea por lo que dije antes. Es
bastante inferior a los mejores esfuerzos sinfónicos de 1973, además de que se
trata de una obra que no propone ideas nuevas. Se notan mucho las influencias.
Al menos lo compensa con muy buenas canciones y una moderada compenetración
grupal. No es el mejor disco de la historia pero, si tuviera que ponerme en
extremista que ve todo o blanco o negro, diría que está más cerca de eso que de
ser el trabajo aburrido o simplemente decente que dicen muchos fans (o no fans,
como es el caso de George Starostin). Lo pongo así. Si sos fan del grupo y no
tenés este disco, tu camelección está
incompleta. Si no sos fan del grupo, diría que hay otros discos para empezar a
conocerlos, pero que tarde o temprano vas a tener que llegar a él, porque no
tiene desperdicio. Sin más que agregar, me despido. Cuídense y no se pierdan la
serie «Gárgolas», que es muy buena.
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