Mejor tema: Peace of Mind.
1) More Than a Feeling
2) Peace of Mind
3) Foreplay/Long Time
4) Rock and Roll Band
5) Smokin’
6) Hitch a Ride
7) Something About You8) Let me Take You Home Tonight
«Listo, Motorik. Te fuiste a la mierda.
Yo te respetaba porque hablabas de grupos excelentes y, en algunos casos,
desconocidos. Ahora estás hablando de porquerías comerciales de la radio, como
Boston. Chau, nos vimos» dijo nadie nunca, ya que casi nadie me comenta el
blog. Sin embargo, en un mundo ideal en el que tuviera más lectores y
comentaristas, esta sería la reacción generalizada. Estoy seguro. Y sí, sé que
esta banda llamada Boston no es precisamente la cúspide de la creatividad
humana, pero tampoco es ninguna porquería. Al menos, su primer disco
(ingeniosamente llamado como la banda. Nótese el sarcasmo) no resulta ser
ninguna porquería. Todo lo contrario. Es muy muy bueno. Pero ya vamos a llegar
a eso.
Boston es una banda surgida en el
conurbano bonaerense y es famosa por ser una de las primeras bandas argentinas
en lograr éxito mundial. Nah, mentira. Es de Massachusetts, más específicamente
de Boston (y sí…). Su líder es Tom Scholz, quien asistía al Instituto de
Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), y fue ahí donde
escribió el instrumental Foreplay.
Durante esta época, se sumó a la banda Freehold, en la cual conoció al
guitarrista Barry Goudreau y al batero Jim Masdea, futuros miembros de la
banda. Después de graduarse con una maestría, Scholz empezó a trabajar para
Polaroid, y usaba su salario para construir un estudio de grabación en su
sótano y para financiar demos grabadas en estudios profesionales. Estas demos
incluían al cantante Brad Delp (que se sumó al colectivo en 1970) y a los ya mencionados
Goudreau y Masdea, mientras que Tom hacía las partes de guitarra, bajo y
teclados. Su trabajo fue enviado a diferentes casas disqueras y rechazado cada
vez. En el 73, Tom formó la banda Mother’s Milk con los mismos miembros, pero
se separó un año después, aunque Scholz siguió trabajando con la misma gente
para crear demos nuevas, entre las que se incluyen varios de los temas que
aparecerían en este disco (aunque algunos con otro nombre). Estas demos
atrajeron la atención de Paul Ahern y Charlie McKenzie. Masdea dejó el grupo
durante esa época y, según Tom, los managers insistieron con que el susodicho
debía ser reemplazado antes de que la banda consiguiera un contrato. Además de
la partida del baterista, la compañía le insistió a Scholz que regrabara sus
demos en un estudio profesional, con lo que este no estuvo de acuerdo, ya que
él quería usar su propio estudio para trabajar a su ritmo. Al final llegaron a
una solución salomónica: Mandarían a la banda a grabar a Los Ángeles para
contentar a la disquera, mientras Tom grabaría en su casa. Al final, las cintas
fueron enviadas a Los Ángeles, donde Delp puso la voz y el álbum fue mezclado
por John Boylan. Y la banda pasó a llamarse Boston por sugerencia del
mencionado Boylan y el ingeniero Warren Dewey.
Mierda, cómo me cansó transcribir
el artículo de Wikipedia por enésima vez.
Ahora sí. Pasando a hablar del
disco, fue publicado finalmente en 1976, y fue un éxito inmediato. De hecho, en
su momento fue el debut más vendido por una banda estadounidense (hasta que le
afanó el puesto «Appetite for Destruction» de Guns and Roses). Si es merecido o
no ese éxito es una cuestión de perspectiva. Una cuestión de por dónde lo
miremos. Sí, ciertamente está lejos de ser el mejor debut siquiera de una banda
estadounidense. Para eso tenemos cosas superiores como «Safe as Milk», «Spirit»
o «Freak Out» por nombrar algunos. Aunque claro, aquellos discos estaban
destinados a todo menos a ser un éxito comercial. Las posibilidades de los
mencionados de entrar en las listas de éxitos y ser superventas eran mínimas,
por no decir nulas. Además, está la cuestión de las intenciones de cada banda.
Mientras aquellos buscaban romper barreras y ofrecer nuevas formas de
interpretar la música, este disco de Boston buscaba ser un éxito radial. No
buscaba abrir nuevos caminos ni ser revolucionario o artístico. Con base en
estas observaciones, podemos decir que el éxito de ventas de este trabajo es
bien merecido ya que, para ser un producto comercial, es inmaculado. La
producción es lujuriosa, las melodías son muy buenas, rockea de lo lindo cuando
quiere rockear… todo está en perfecta armonía.
Bueno, no todo. Por algo tiene un
nueve. Es decir, es excelente, pero no una obra maestra. Tom Scholz es un
compositor talentoso, de eso no hay dudas. De estas ocho canciones, seis y
media son de su autoría (Smokin’ está
compuesta en colaboración con Delp, y Let
me Take You Home Tonight es una composición solista de este último), y
ciertamente están por encima de lo que un mentecato como yo y tantos otros podrían
hacer, pero a la vez están por debajo de lo que genios como Lennon, McCartney,
Townshend, Jagger o Richards podrían ofrecer. Digamos que podríamos llamar a
Scholz un «genio de segunda categoría», que puede entregar algo tan genial como
las melodías de More Than a Feeling o
Peace of Mind, pero que tampoco te
abre la cabeza en el sentido de los mencionados compositores. Pero es un disco
muy sólido en líneas generales, cuyos momentos álgidos son inolvidables (aunque
sea en el marco del rock radial) y cuyos puntos bajos son algo más ordinarios
pero entretenidos. Siempre está ese gancho vocal o de guitarra que hace a la
canción, incluso cuando es de segunda categoría. Vamos a probar este punto con
las propias canciones.
Empecemos por el principio. Un
arpegio romanticón abre el tema More Than
a Feeling y, por extensión, al disco. Después viene Brad a cantar
dulzonamente, se suman los solos armónicos y después llega el momento favorito
de todo radioescucha: el estribillo. «More than a feeling/When I hear that old
song they used to play/I begin dreaming/’Til I see Marianne walk away/I see my
Marianne walkin’ away». Noten cómo, en la penúltima línea del estribillo, todos
aumentan la intensidad a tope y, ya en la última, se ponen más delicados. Si
eso no es un tremendo gancho, entonces no sé qué cosa sí lo sería. Después se
repite el esquema con algunas variaciones. Puede ser un típico tema azucarado
para la radio, pero que nadie me niegue la magia de esa melodía, la tremenda
expresividad de Delp y la brujería que hace Scholz con la guitarra y el
estudio. Sí, es un tema azucarado para la radio, pero uno con el que otras
bandas solo pueden soñar con componer. Y Peace
of Mind es todavía mejor. Tiene un poco de todo. Primero tenemos esa puñalada
acústica y veloz con la que abre el tema, después viene el tremendo riff
melódico, luego entran los versos muy al estilo de los Rolling Stones del «Exile
on Main Street» que le abren paso al antémico estribillo que, a su vez, le abre
la puerta al solo de guitarra, tan melódico y perfecto como el riff principal.
Tras otra vuelta a los versos y al estribillo viene el final, y qué final. En
primer lugar se repite la introducción pero en formato eléctrico y, luego, el
riff principal con más potencia que nunca. Es uno de los temas de rock radial
más perfectos que se pueden haber concebido. Si la música hecha para vender
fuera así de buena con más frecuencia, escucharía la radio todo el día.
Después de ese brillante golpe
doble, viene Foreplay para
convertirlo en un golpe triple. Una introducción sinfónica y grandilocuente que
funciona muy bien. Solía odiarla, pero ahora me agrada. Además, le da paso a
uno de los puntos álgidos del disco: Long
Time. Este tiene muy buenos
solos, una melodía vocal de calidad, buenos detalles creados por el órgano, una
gran alternancia entre guitarras eléctricas y acústicas y las secciones con
palmas, que en el papel suenan a una ridiculez, quedan muy bien. Además, tiene
un algo nostálgico que me encanta y me pinta una sonrisa en la cara. Siempre me
hace imaginar a la banda tocando en una reunión colegial de esas que se hacen
para recordar los buenos momentos de los años de escuela. Grandioso. Rock and Roll Band es precisamente un
tema de rock and roll básico, pero pasado por el sonido especial del grupo. Es
decir, pasamos del tema más largo y complejo del disco al más simple y corto.
El riff es regio y su melodía es altamente pegadiza. Sin embargo, en este tema
siento que la sobreproducción no queda tan bien. Es un tema muy simple para un
sonido tan recargado. Aunque tampoco me voy a quejar, porque la canción es genial.
Cuando un tema es bueno, se nota sin importar cómo lo arruinen. Tampoco es que
lo arruinen, solo que pierde un poco de fuerza. Sigue encantándome de todas
formas.
Voy a decirles la verdad. No
tengo recuerdos de haber escuchado ningún tema de Boston en la radio. Será
porque no escucho mucha radio o porque ya no se dignan a pasar música de
calidad. No lo sé. El caso es que Smokin’
sería una excepción. Este tema sí que lo escuché en la radio. Ni más ni
menos que en K-DST de GTA San Andreas, con Tommy «Nightmare» Smith como presentador.
Sí, otra vez vengo a romperles los cocos con GTA, ¿pero qué le voy a hacer? Fue
una parte importante de mi educación musical. Y fue una gran elección para el
juego, si me lo preguntan. Su riff rápido es aplastante y el estribillo es de
lo más pegadizo. Pero eso no es todo, sino que también tenemos un matemático
pero humeante (¿entienden? Humeante=Smoking. Jajajaja. Bueno, chiste malísimo)
solo de órgano bien sabroso, además de una sección con clavicordio y rasgueos
de guitarra que suenan como sacados de alguna película, pero todavía no se me
ocurre de qué género. El tema termina abruptamente y nos deja cansados y
transpirados, en el buen sentido. Un gran tema. Y Hitch a Ride es todavía mejor. Empieza con una bellísima melodía
acústica que nada tiene que envidiarle a More
Than a Feeling, la melodía vocal y la entonación de Delp son más dulces que
nunca, y el estribillo es ensoñador como él solo. Pero después llega el solo
más recargado y antémico que crea un gran contraste con lo que venía siendo la canción.
Igualmente, si extrañaban la delicadeza, al final se repite la introducción
acústica para cerrar como si nada. Gran pero gran canción.
Los dos últimos temas ya no son
tan espectaculares, pero tampoco tienen nada que pueda considerarse malo o
desagradable al oído. Something About You
es un rock más melódico y con toques de pop, que presenta otra buena melodía
vocal apta para que cante un estadio entero. Las armonías vocales son de buena
calidad y las guitarras crujen. Perfectamente disfrutable. Let me Take You Home Tonight es la única canción que no fue
compuesta por Tom, sino por Delp, y no casualmente es la más floja del disco. Ojo,
es floja es comparación con la alta calidad que venían demostrando, pero en sí
no tiene nada de malo. Es más, hasta diría que sus toques de country y góspel
crean un buen contraste con lo que venía siendo el resto del disco, y su coda
rockea. Claro que todo esto no valdría de nada si sus melodías y arreglos no
fueran gustosos. Lo son, así que está todo bien. Siga adelante, señor policía.
Mierda que me costó escribir la
reseña esta. La tuve que modificar una y mil veces. Supongo que este nivel de
perfeccionismo es el mejor homenaje que se le podría hacer a Tom Scholz. Con respecto
al objeto de reseña y para ir concluyendo, este disco es un excelente placer
culpable. Bah, no sé si llamarlo así, ya que ese término implica que el
producto no es bueno, y este disco sí que lo es. Es grandioso, incluso. Algo
excesivo, sí, pero esta gente es lo bastante talentosa como para no arruinar
estas canciones con la bombástica. Es más, puedo decir que, salvando
excepciones, esa bombástica es parte del encanto del disco. Es grande y
ruidoso, pero siempre dentro del reino del buen gusto y de la inteligencia.
Todavía no escuché mucho más de Boston fuera de este disco, tan solo algunos
temas sueltos. Sin embargo, no sé si recomendaría mucho lo que sigue, ya que
parece menos interesante. Ni siquiera sé si les recomendaría un compilado de
ellos, ya que no vi ninguno que tenga todos los temas esenciales a la vez. Al
final solo puedo decirles que escuchen este disco y ya. Dejen el esnobismo de
lado y acepten que este trabajo es genial. Ojalá el rock de FM fuera así de
bueno con más frecuencia. Qué sé yo. Aguante el debut de Boston, vieja. No me
importa nada.
Por cierto, me di cuenta hace
relativamente poco de que las naves espaciales de la portada son guitarras. Me
siento un pelotudo por no haberme dado cuenta antes.
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