martes, 10 de enero de 2023

Big Star - Third/Sister Lovers


Nota: 9
Mejor tema: Kizza Me o Holocaust.
Peor tema: Whole Lotta Shakin’ Goin On.

1)      Kizza Me
2)      Thank You Friends
3)      Big Black Car
4)      Jesus Christ
5)      Femme Fatale
6)      O, Dana
7)      Holocaust
8)      Kanga Roo
9)      Stroke it Noel
10)    For You
11)    You Can’t Have Me
12)    Nighttime
13)    Blue Moon
14)    Take Care
15)    Nature Boy
16)    Till the End of the Day
17)    Dream Lover
18)    Downs
19)    Whole Lotta Shakin’ Goin On


Y volvemos al ruedo con la saga Big Star, esta banda quizás más respetada que querida. Hoy hablaremos de su tercera entrega que, sinceramente, es un embole. Pero no por ser un mal producto, sino por lo difícil de encarar. Algo que me llama mucho la atención de este disco es que, en todos los sitios en los que lo he visto reseñado, es considerado su pico absoluto o bien su disco más flojo (sin contar el retorno «In Space»). Es una polaridad bastante curiosa. Es decir, no vi a nadie que lo considere su segundo mejor trabajo. Y es entendible, ya que no es un disco fácil en ningún sentido. Como ven, yo le puse un nueve, lo que lo deja al mismo nivel de «Radio City» en mi lista y por debajo del debut. Todavía hay una posibilidad de que alguien rompa con la polaridad, y ya veremos si lo prefiero o no a su trabajo anterior. Pero vamos por partes.

Las sesiones de este disco empezaron en septiembre de 1974. Si bien la disquera Ardent se preparó para la salida del disco, hubo un montón de factores que impidieron que el álbum saliera en forma. Desde problemas financieros y lo poco comercial del sonido del trabajo hasta la falta de interés de Alex Chilton y del batero Jody Stephens para terminar las grabaciones. Fue lanzado por PVC Records en 1978, cuatro años más tarde, cuando el grupo ya estaba separado. De hecho, se dice que ni siquiera había sido planeado como un disco de Big Star para empezar, sino como una banda llamada Sister Lovers (igual que el disco). Originalmente se lanzó el trabajo con el título «Third» y con una foto en blanco y negro de quienes asumo son Alex y Jody de portada, pero en 1985 se lo relanzó como «Third/Sister Lovers» con la portada que les muestro arriba. El asunto es que el disco, con el tiempo, se convirtió en algo así como un clásico de culto y una de las grandes influencias para muchos grupos lo-fi y alternativos. Claro que lo que se dice éxito comercial nunca logró, pero la verdad es que un disco así es imposible de volverse un superventas. Con decirles que ni siquiera es sencillo decir cuál es el tracklist oficial, ya que hay como cinco o seis versiones diferentes, cada una con distintas canciones y diferente orden. El listado que enumeré yo sería el que tiene todos los temas del proyecto. En definitiva, un trabajo casi inabarcable.

Es que me cuesta pensar en un disco pop más jodido y perturbado que este. Cada canción parece hecha para que la desprecies de una forma diferente con cada escucha nueva y quieras matar a sus creadores. Es una obra profundamente dolida y frustrada que transmite estos dos sentimientos de la forma más desagradable posible. Con esto tampoco quiero decir que sea el trabajo más enfermo y retorcido jamás grabado, pero todo está en las expectativas y en el contexto, y esta cosa desafía todas las expectativas que un disco pop puede generar. Es decir, no es un «Trout Mask Replica» o «The Third Reich and Roll» pero, dentro de la música «normal», este es un trabajo que lo toma de sorpresa a uno y que se resiste a ser escuchado. Es la obra de una persona que no puede encajar con la sociedad por mucho que lo intente y decide hacer lo que se le cante sin importarle lo que los demás digan. ¿Saben? Creo que ahí está la clave por la que la gente nunca lo pone como un segundo favorito, sino en los extremos. Es una obra que va tan a la suya que lo único que queda es adorarla como una genialidad única en su tipo u odiarla por no adaptarse a lo establecido, como un paria. Bien es sabido que los parias son amados por su visión única y detergente del mundo o detestados sin miramientos por no seguir los mandatos sociales al pie de la letra, pero quiero guardarme algo de esto para la reflexión final. Mientras tanto, vamos a los temas.

Como ya dije, es muy difícil establecer un orden oficial para los temas por todas las versiones que existen, así que vamos a hablar de todas las canciones. Y son diecinueve, poca cosa. Kizza Me desde el inicio te invita a irte a la mierda. Esa mezcla de pianos cabareteros disonantes, ritmos más duros, melodías pop y letra descaradamente sexual no puede haber sido concebida por una persona que esté bien de la cabeza, y nadie que esté bien de la cabeza puede disfrutarla. Como yo la disfruto a montones, definitivamente estoy mal. Pero qué locura hermosa, igualmente. La voz de Chilton, alguna vez cálida, ahora suena despreciable y lejana, pero de una forma en la que suma más de lo que resta. Amo esta canción. Y Thank You Friends no se queda atrás en calidad. Musicalmente parece más amable, con ese tono de guitarra tan cálido y vibrante que enorgullecería a los Byrds, pero se percibe cierto asco y hartazgo en la voz, como si cuando canta «Wouldn’t be here if it wasn’t for you» en realidad quisiera decir «no estaría tan hundido en la mierda si ustedes no hubieran creído en mí y me hubieran hecho pensar que soy un genio. Me crearon cualquier cantidad de expectativas sobre mi futuro y mírenme ahora, soy un don nadie. Váyanse a cagar». Insisto, sé que la música es alegre y jubilosa en este tema pero, considerando el mood general del disco, tiene que haber una segunda intención escondida acá. No creo que, con los ánimos que manejaban en esa época, realmente fuera un agradecimiento sincero. O quizás sí. Quizás es un tema genuinamente alegre en un disco lacrimógeno, lo que lo hace también muy enfermo. O sea, crear un tema así de contrastante también requiere cierto grado de inestabilidad mental. Pero bueno, gran tema de todas formas.

Big Black Car, por su parte, sí que es desesperanza pura que no disfraza nada. Incluso la letra es despreciable, con el protagonista manejando su gran auto negro y declarando que no le importa una mierda lo demás, ya que nadie puede tocarlo ni dañarlo. Sé que muchas canciones de este estilo se han escrito a lo largo de la historia, pero en esta se palpa el odio y la sinceridad de las declaraciones, y eso compensa su relativa falta de atractivos musicales. Me gusta. Como me gusta Jesus Christ. Vuelve a sonar más alegre, pero esta vez parece más auténtica y honesta en sus intenciones. A no ser, claro, que nos fijemos en el segundo verso: «Lo, they did rejoice/fine and pure of voice/and the wrong shall fail/and the right prevail». Algo me dice que Chilton no se considera «the right», sino todo lo contrario, y ese contraste entre letra y música hace magistral a la canción. Aunque la música en sí no se queda atrás. El estribillo debería ser mayestático y resulta ser más bien humilde y simple, como si el nacimiento de Cristo fuera un día como cualquier otro. Creo que era el efecto que buscaba lograr. Lo dicho, gran canción. Continuando con la oscuridad, el cover de Femme Fatale de la Velvet Underground es majestuoso. Si el primer disco de aquél grupo es gris de por sí, esta versión directamente carece de color. Negro puro. La guitarra de Steve Cropper suena genial, y Chilton es un cantante mucho más dotado que Nico. Es increíble que un cantante con un color de voz tan cálido y apasionado de repente suene tan frío y apático. Eso habla muy bien de su capacidad de variar registros con naturalidad.

O, Dana suena como si un vampiro le hubiera chupado toda la sangre a My Life is Right del debut. O sea, técnicamente es una entidad viva, y se nota en el ritmo y en el estribillo, pero se trata más bien de una vida pálida y agónica. Aunque no importa, porque esos elementos que mencioné suenan fantásticamente. La melodía invita a ser tarareada, a pesar de su vampirismo. Holocaust no invita ni a eso. Suena precisamente a un holocausto. Es estremecedora y aterradora, pero funciona a la perfección. Esas disonancias, esa melodía, ese ambiente… mejor escúchenla por ustedes mismos, pero eso sí, tengan un disco de Stevie Wonder a mano para no suicidarse. Kanga Roo nos recibe con una mezcla de slide y feedback, algo que rara vez escuché en una canción, por no decir nunca. Sus disonancias, su aumento de tensión gradual y su noise hacen que parezca un tema de la Velvet Underground, además de incluir un mini solo como de cítara y un cencerro al final. Parece raro, y lo es, pero funciona de maravillas. Casi la marco en rojo. Comparado con lo que veníamos escuchando, Stroke it Noel hasta parece un tema de los Lovin’ Spoonful por lo alegre (aunque el tema en sí no es alegre. Solo lo digo por comparación). Esos arreglos clasicistas de violines son de lo poco que levanta a la canción, ya que no es muy interesante. Por ahí la letra, pero poco más.

For You es el único tema del disco compuesto por Jody Stephens, y quizás por eso suena más esperanzadora que el promedio. No, retiro lo dicho. Jody Stephens estaba tan para la mierda como Chilton en esa época, así que tiene que haber un sentido oculto en esa letra. Mientras pensamos en cuál podría ser, les digo que los violines suenan mucho mejor, y que la melodía es fantástica. ¿Quién diría que Stephens era tan competente? Por su parte, You Can’t Have Me es más rockera y tiene otra melodía luminosa interpretada con toda la suciedad y asco posibles, además de que ese solo de batería del final parece aporreado con mala leche. La letra vuelve a ser terriblemente despectiva, pero es de un valor y sinceridad impresionantes. Casi me dan ganas de agradecer a la vida que Big Star no la haya pegado, ya que no hubieran compuesto canciones así de buenas y enfermas si hubieran tenido éxito. Nighttime tiene una gran melodía. Esta vez más melancólica que lacrimógena. Ahí está el problema. Este tema necesitaba otro acompañamiento que no fuera la guitarrita acústica. No le queda muy bien, más allá de alguna que otra melodía instrumental aislada. Al final, es un potencial clásico venido a menos por un acompañamiento inadecuado. Blue Moon es similar en estilo, solo que un poco más plena instrumentalmente. Aunque con este tema me pasa lo mismo que con The Dream of the Blue Turtles de Sting. Que no sé si el blue hace referencia al color o al estado de ánimo. Considerando el estilo general del disco, debería referirse a lo segundo, pero no sé. Tampoco voy a pausar la reseña para ponerme a pensar en eso, que hay más canciones que revisar.

Take Care transpira clasicismo desde el mismo inicio con sus violines, aunque el estilo de la canción hace que parezcan innecesarios. Es otra canción que nos va a mandar corriendo a buscar un Prozac, solo que esta vez no funciona tan bien. Es sincera y todo, no tengo dudas, pero se me hace más ploma que Big Black Car, la cual tampoco contaba con mucho más que autenticidad emocional. Es de lo más flojo del disco. Nature Boy es un cover del músico estadounidense eden ahbez (sí, al parecer su nombre se escribe con minúsculas), y es un tema con base de piano y cantado con una voz que no parece la de Alex. O sea, es él, pero suena muy distinto. Nuevamente, registro diverso. Lo aprecio. El tema tiene un sonido más limpio y menos tendencias suicidas que el promedio del disco, pero sigue siendo triste, así que no desentona. Le sigue el fantástico (pero fantástico) cover de Till the End of the Day de los Kinks, que curiosamente empieza con la introducción de Anyway Anyhow Anywhere de los Who. Voy a repetir lo que dijo John McFerrin sobre esta versión, solo porque puedo: es genial usar la introducción de un tema bien «cuidado, mundo. Aquí voy» para que después se convierta en una canción que básicamente declara «está bien, mundo. Vos ganaste». Para que este análisis no sea un refrito de lo que otros escribieron, voy a decir que me encanta la performance vocal. Chilton suena mucho más caliente y frustrado que Ray Davies, y encaja perfecto con el espíritu del tema. Lo dicho, muy buena versión. Dream Lover parece una reescritura más simpática de Holocaust. Es decir, la melodía y el piano por momentos se estremecen de manera similar, pero sirven a un objetivo más reflexivo que desolador. Tampoco diría que es una mera copia, ya que suena más llena en lo musical, con mayor protagonismo de otros instrumentos (como la guitarra). Me gusta. Downs es el tema más corto y raro del conjunto. Está lleno de disonancias, Chilton canta con un estilo similar al de Captain Beefheart (este es el mejor disco de Alex como cantante, no tengo dudas) y, escuchen con atención, tiene EL REBOTE DE UNA PELOTA DE BASKET como percusión. Musicalmente no ofrece mucho, pero semejante conjunto de bizarreadas ya la hacen merecer la pena. Por último, Whole Lotta Shakin’ Goin On es un cover de Dave Williams (famoso por la versión de Jerry Lee Lewis), y una mala decisión para finalizar el disco. Es pegadiza, alegre y enérgica, y precisamente ese es su problema. No pega ni con Boligoma con el contenido del disco. No es oscura, no es despectiva y ni siquiera parece que tuviera un doble sentido emocional que justifique su inclusión acá. Puede que musicalmente sea más memorable que algunas otras canciones que hay por acá, pero conceptualmente es la más innecesaria y fuera de lugar de todas, así que la marco como el punto más flojo del álbum. Una pena de cierre.

Aun así, gran disco. Como dije al inicio, siempre es considerado el mejor o el peor de Big Star, sin puntos medios. Así que de mí queda hacer el balance que pueda cambiar o no este consenso general. Veamos. Es menos consistente canción por canción que los dos anteriores. De haber seleccionado las mejores doce o trece, podría haber sido el disco definitivo del grupo, pero el hubiera no existe, así que lo dicho. Menos consistente. Por el otro lado, tiene mayor cantidad de grandes canciones que «Radio City» y tantas como el debut (si bien tiene más relleno. Esperable, dado que son casi veinte canciones). Eso le da un nueve en mi lista y lo pone al mismo nivel que su antecesor. Por último, no hay forma de negar que es mucho más interesante y único que cualquiera de los dos anteriores. Lo que es más, creo que es uno de los discos de pop más interesantes grabados por cualquier banda. Su sonido no se lo va a encontrar en ningún otro lado, y si se lo encuentra es porque es posterior. Así que, menos consistencia por mayor riesgo y uniquez es igual a: «Third/Sister Lovers» es inferior a «#1 Record» pero levemente superior a «Radio City», lo que lo convierte en mi segundo disco favorito de la banda. Lo hicimos, gente. Rompimos la maldición de la polarización hacia esta obra. Es que es así. Este disco es un paria, volviendo a la idea que planteé hace un rato. Ahora, si nos ponemos en objetivos y pensamos con la cabeza fría, no hay razón real para demonizar o alabar incondicionalmente a estos individuos. Son personas, con sus defectos y sus virtudes. Su condición de marginados tiende a ser más culpa de una sociedad absolutista que del sistema de valores de esa gente. Al decir que son unos genios inigualables, también estamos cayendo en ese absolutismo que tanto criticamos. Con este disco pasa exactamente eso. No hay motivo para ponerlo como la cúspide de la creatividad humana o como una cosa inentendible y un desperdicio de espacio en este mundo. Es difícil e irregular, con muchas grandes canciones y embebido en un sonido único y sincero que en ningún otro lado encontré, pero hay muchos trabajos tanto superiores como inferiores en el mundo de la música. Y que esto no empañe el hecho de que lo considero una gran obra. No sé si recomendar que lo compren, ya que es muy difícil de conseguir (yo lo conseguí usado en internet), pero sí les recomiendo encarecidamente su escucha.

Y con este disco termina la época dorada de la gran estrella que nunca llegó a ser grande comercialmente, mas sí artísticamente. Décadas después (en 2010) sacarían un disco retorno llamado «In Space», el cual todavía no escuché más allá del tema Sweet Lady, que es fantástico pero del que se dice que es lo único verdaderamente memorable de esa obra. No sé si escuchar el álbum completo y, menos aún, si reseñarlo. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, quedémonos con esta maravillosa trilogía que representa un viaje humano a través de la música como pocos artistas y bandas han logrado transmitir. Puede que Big Star no sea de mis grupos favoritos, pero están mucho más cerca de eso que de otra cosa. Muy recomendables.

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