Mejor tema: A Hard Day’s Night.
1) A Hard Day’s Night
2) I Should Have Known Better
3) If I Fell
4) I’m Happy Just to Dance With You
5) And I Love Her
6) Tell Me Why
7) Can’t Buy me Love
8) Any Time at All
9) I’ll Cry Instead
10) Things We Said Today
11) When I Get Home
12) You Can’t Do That13) I’ll Be Back
El mejor disco de pop de la
historia. Sí, disco de pop. No de pop punk, ni de pop rock, ni de pop barroco,
ni de pop experimental, ni de pop mezclado con new wave y cachengue. Puro pop
en su forma más primal, como fue concebido para sonar. Esto es, tonto, simple,
divertido, no vanguardista y con la forma predominando sobre el fondo. Si
consideramos estos elementos como parte esencial de este estilo musical, nos
vamos a dar cuenta de que no hay nada mejor en dicho terreno que el tercer
trabajo de los Beatles. Pero vamos de a poco.
Este disco nació con los cuatro
de Liverpool convertidos en superestrellas, con fans por todos lados y hasta
grabando una película, que se llama como el disco. De hecho, el lado A (que
serían los primeros siete temas) son canciones que formaron parte de la banda
de sonido de dicho film, solo que no es la banda de sonido completa. Para eso
está la versión yanqui con un listado de temas diferentes que incluye
selecciones de canciones escritas por George Martin para las diferentes
escenas. Se dice que hoy en día es difícil de conseguir esa edición, pero no la
necesitamos. O sea, ¿escucharon la banda de sonido de «Yellow Submarine»?
Aquella también tendría el mismo concepto de canciones originales del grupo
mezclada con música de George Martin y, si bien este último es un compositor
decente de bandas sonoras, no es por sus canciones que amamos al grupo. También
hay que destacar que es el primer disco del grupo en tener todos originales de
John Lennon y de Paul McCartney. No hay un mísero cover, y ni falta que hace. Pero
bueno, toda esta información requiere pensar y procesar datos, y esta es música
para no pensar. Como diría Micky Vainilla, «es pop para divertirse, nada más».
Y tiene razón. Solo en este contexto, no en sus otras declaraciones. No me
malinterpreCANCELADO.
Empezamos el disco con el acorde
de guitarra más distintivo de la historia, y eso ya habla de la grandeza del
grupo. O sea, lo que normalmente hace distintiva a una canción en sus primeros
segundos es una secuencia de notas que tienen forma de algo, y no un acorde
amorfo suelto. El hecho de que los Beatles tomen, precisamente, un acorde
amorfo suelto y logren hacer que la canción sea distinguible desde el primer
segundo gracias a él es algo que está al alcance de muy pocos. De nadie más que
de ellos, diría yo. El resto del tema es pegadizo y rockero, y lo mejor es que
rockea sin necesidad de un riff y con un solo de doce segundos. Sí, doce
segundos. Los conté. Y ese arpegio con el que cierra le da un toque más
melancólico que sin embargo no mata la alegría del tema. I Should Have Known Better empieza con una armónica alegre,
infecciosa e igual de distintiva que ese acorde de guitarra. La canción sigue
la misma fórmula que la anterior y es super básica, pero la melodía es de esas
que son universales. If I Feel corta
de tajo el humor festivo con el que arranca el disco para presentarnos una
faceta más sombría. La canción suena a un barrio elegante durante la noche con
sus sombríos versos y coros que en sí no cambian mucho. ¿Y por qué un barrio
debería cambiar dependiendo de si es de día o de noche? Bah, ni yo sé lo que
estoy diciendo. El punto es, tremenda introducción que muta con naturalidad en
algo distinto e igual de memorable. Después de este trío de clásicos, I’m Happy Just to Dance With You (cantada
por George Harrison) viene a bajar un poco la calidad. No mucho, ya que la
melodía es de buena calidad y te va a tener tarareándola todo el día si te
distraés.
La primera composición de Paul en
este disco es And I Love Her, que no
es más que otro tema con tintes de bolero de los muchos que venían haciendo
hasta el momento. Paren las rotativas, paren las rotativas, ¿OTRO MÁS dije? No,
cualquier cosa le mandé. No es solo otro más, sino que tiene quizás la melodía
más memorable que los Beatles hayan hecho en este campo, y esta tiene el mérito
de ser una canción original y no un cover con una melodía escrita por otro.
Como veríamos más adelante, este grupo podía tocar lo que sea y hacerlo bien. Tell Me Why es muy pegadiza y movida,
con su estribillo que estira y estira las palabras para buen efecto. Igual, por
muchos pros que tenga, no es de las grandes canciones del grupo. La que sí es
una gran canción es la tremebunda Can’t
Buy Me Love, también componida por
McCartney. Es solo un tema de rock and roll tipo años 50, pero encuentro gran
agrado en ella (¿entienden? Una modificación de la famosa frase «es solo rock
and roll, pero me gusta»). La melodía no solo es pegadiza y coreable, sino que
su remate le da un toque como amenazante sin siquiera pretenderlo. Fin del lado
A.
El lado B no podía tener un mejor
arranque que Any Time at All. Suena
más enojada, como si Lennon estuviera, más que invitando a la chica de la que
habla la letra, RETÁNDOLA a salir con él. «¿Así que te pensás que te la voy a
hacer fácil? Yo valgo mucho para salir con cualquiera» parecería decir y, con
esas melodías de por medio, yo me desviviría por salir con él. El tema termina
súbitamente, con un acorde machacón que recuerda a cómo abrió el disco. Podría
haber sido el final de este, pero todavía hay más material. I’ll Cry Instead es el tema más corto
del disco y tiene un estilo más country. Es disfrutable, pero más por durar lo
justo y lo necesario que por tener grandes atractivos. Al menos viene a
demostrar que este disco, por formulaico que sea, presenta una gran variedad de
estados de ánimo. El tercer y último tema de Paul es Things We Said Today, que es más oscura y desesperanzada para
disfrazar una letra más optimista. O sea, normalmente uno querría esconder
letras oscuras en una música alegre para escapar a la censura tan propia de la
época, pero los Beatles tienen cojones. Con respecto a lo musical, las melodías
son fantásticas, y ninguna oscuridad instrumental puede opacarlas. De hecho,
las resalta. Temazo. Y volvemos a bajar el nivel con When I Get Home, con una melodía débil y unas letras muy estúpidas.
Es irónico que, en un momento, cante «I got no time for triviality», ya que el
tema es eso mismo. Pura trivialidad. Y ni me hagan hablar de la línea «I’m
gonna love her till the cows come home» porque me da vergüenza ajena. Bob
Dylan, ¿te falta mucho para conocer a los Beatles? Estamos ansiosos. Al menos
no es ofensiva musicalmente como tantas personas suelen pensar. Por suerte, los
dos temas que cierran el disco son fantásticos. You Can’t do That tiene esa frase de piano que le da un toque
oscuro al conjunto, mientras que Ringo agrega un sentido de amenaza con su
cencerro. No es un tema de metal, pero algo más amenazante que esto en 1964 no
van a encontrar. Pero la melodía vuelve a ser genial, y eso importa más que
cualquier otra cosa. Para cerrar, I’ll Be
Back es un subibaja en forma de canción, con sus melodías que pasan de ser ominosas a ser luminosas y viceversa. Cuando cantan «you know/if you break my
heart I’ll go/but I’ll be back again» realmente se siente como una amenaza,
cual Terminator jurando volver por Sarah Connor y por su hijo. Claro que en mi
ejemplo no hay romance como sí lo hay en la letra del tema, pero el chiste era
cantado. ¿Qué esperaban con ese título?
Sí, sé que mi reseña me quedó corta y que puede parecer estúpida, pero es que estamos hablando de un disco corto y que parece estúpido, así que no podía ser de otra manera. Y ahí está la clave: «parece estúpido». «A Hard Day’s Night» no es estúpido en absoluto. Quizás en apariencia, pero hacer un trabajo así de bien logrado requiere de una saludable dosis de inteligencia y de saber lo que se está haciendo, por muy inocente que pueda parecer. Continuando con la metáfora de los RPG que planteé en mi reseña del anterior disco del grupo, acá los Beatles se la pasaron farmeando y farmeando por horas para ganar experiencia y vencer al jefe que parecía imposible de derrotar. O sea, sacar un trabajazo que continúe el crecimiento artístico. Quizás no dé esa sensación de mucho esfuerzo por el menos de un año que separa este disco del «With the Beatles», pero en esa época el tiempo se medía de otra manera musicalmente hablando. Sea cual sea el caso, el grupo se sigue yendo para arriba y en el medio nos deja el mejor disco de su época temprana. Los dos siguientes álbumes serían un crecimiento más a nivel de canciones individuales y de cuestiones técnicas y líricas que en el disco como conjunto. Ese salto recién lo volverían a dar en «Rubber Soul». Mientras tanto, disfrutemos de esta música, que es la noche de un día agitado y estuve trabajando como un perro escribiendo y puliendo esta crítica.
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