Mejor tema: It Won’t Be Long.
1) It Won’t Be Long
2) All I’ve Got to Do
3) All my Loving
4) Don’t Bother me
5) Little Child
6) Till There Was You
7) Please Mr. Postman
8) Roll Over Beethoven
9) Hold me Tight
10) You Really Got a Hold on Me
11) I Wanna Be Your Man
12) Devil in Her Heart
13) Not a Second Time14) Money (That’s What I Want)
Un avance, un buen avance. Los Beatles habían, más que
revitalizado con respiración boca a boca, revivido con magia vudú al rock, y
este disco continuaba con el hechizo. Aunque ellos fueron de los primeros
grupos post años 50 en grabar material y tener éxito, muchas otras bandas
estaban surgiendo y empezando a hacerles competencia. Está bien que «Beatles» y
«tener competencia» son dos cosas incompatibles, pero una cosa es lo que
sabemos por hecho y otra cosa es lo que se demuestra en la práctica. El grupo
tenía ganada la carrera de antemano, pero correrla había que correrla, y para
eso decidieron mejorar en un campo tan limitado como es el rock y pop de
principios de los 60, con sus respectivos covers. No, todavía no pueden escapar
de esa prisión, pero al menos de a poco van armando el motín que inspiraría al
resto de los presos/músicos y los haría crecer también a ellos mismos como
artistas.
Bueno, demasiadas metáforas estoy usando en este momento
para un disco que de místico y esotérico tiene más bien poco y nada. Como ya se
dijo hasta el cansancio, este es un gemelo del debut. Si queremos marcar alguna
diferencia, diría que este es un poco más oscuro y decadente, pero en sí sigue
siendo más de lo mismo. Ahora, esa que marqué es una diferencia de forma. La
diferencia de fondo es que los chicos mejoraron en todos los sentidos:
compositivamente, instrumentalmente y coverísticamente.
Aunque el conjunto me sigue dejando la misma sensación de pocas ambiciones y
bastante inmadurez, es un avance, y los avances son graduales. Como en juegos
tipo Elden Ring o The Witcher, en los que cada aumento de nivel apenas te
concede una cantidad muy mínima de mejora en tus estadísticas. Mierda, otra vez
con las metáforas y asociaciones, pero no importa. Lo que sí importa es que los
Beatles van lento pero seguro a ser el mejor acto musical que jamás se haya
visto hasta la fecha. Vamos a las canciones.
El disco empieza como una guerra. Una guerra en la que
ambos bandos se atacan a «yeah yeahs». Se trata de It Won’t Be Long, que es pura adrenalina en el estribillo y tensión
en los versos, hasta terminar con ese gentil toque de guitarra que apaga la luz
para irse de la forma más tranquila posible. All I’ve Got to Do me recuerda un poco a lo que sería And I Love Her de su siguiente disco,
aunque esta última es de McCartney y la de este álbum es de Lennon. La melodía
es tremenda y contemplativa, y el ambiente relajado y soul funciona más que
bien. Por su parte, All My Loving sí
que es de McCartney. Sacarosa, pero bien es sabido que la sacarina puede ser
rica en las dosis correctas, y esta canción no se pasa, así que está perfecta.
Por cierto, me llama la atención que este tema, a pesar de ser una balada, sea
más movido que el anterior. De vez en cuando, Paul sabe ponerle un poco de
ritmo a su dulzor usual. Después viene Don’t
Bother Me, compuesta por George Harrison, que ya desde el título marca la
personalidad y el lugar en la banda de su compositor. Esto es, el de ser el
silencioso que no quiere problemas. La melodía es pesimista y muy buena,
mientras que el solo de guitarra suena algo sucio pero obviamente está tocado
por alguien con destreza, lo que hace que esa suciedad se disfrute. Para cerrar
esta racha de temas propios, Little Child,
que es un rockanrollito bastante simplón. El «Little child/Little child/Little child»
que hace de estribillo es cualquier cosa menos fluido, y en general le falta
energía. Eso sí, me llama la atención que la frase «baby, take a chance with me»
que cantan sobre el final tiene una melodía y cadencia calcadas al «if you
wanna dance with me» del tema Rock and
Roll Music de Chuck Berry que los propios Beatles interpretarían en su
cuarto disco. Prueba de que ni ellos se salvaban de robar de vez en cuando.
Viene una tríada de versiones ahora. Till There Was You es un tema de un show de Broadway compuesto por
Meredith Wilson. Una serenata/trío/flamenco/colocar-aquí-cualquier-género-para-demostrar-conocimiento-musical.
El trabajo de guitarra española y la melodía vocal son espectaculares. Paul
canta con una pasión que parece un tema suyo. Por cierto, existe la leyenda (falsa,
como toda leyenda) de que no fue George Harrison quien tocó el solo. Eso no
tiene sentido ya que, como dijo George Starostin, si por algo tenían a George
en la banda era por ser uno de los mejores guitarristas de Liverpool.
Afortunadamente, no solo era un gran guitarrista sino un gran compositor, pero
ya vamos a hablar de eso. Después viene Please
Mr. Postman, que es un cover de The Marvelettes, que era un grupo de
chicas, así que asumo que le habrán adaptado la letra para que le quede a un
hombre blanco cis heterosexual al que le gustan las mujeres hembras de sexo
femenino. Instrumentalmente no tiene mucho más que la siempre efectiva batería
de Ringo, pero las voces de John, Paul y George mezclándose casi en orgía la
hacen fantástica. Tranquilamente le podían competir a los Beach Boys en este
apartado. Me gusta cómo parece que Lennon va a explotar en cualquier momento,
lo cual sí hace en un par de ocasiones. Roll
Oven Beethoven tiene la tremenda guitarra de George Harrison, lo cual
siempre es una garantía, aparte de su voz de fondo apareciendo y desapareciendo
como fantasma mientras Lennon toma el protagonismo vocal. Es una buena versión
del clásico de Chuck Berry, pero se queda un poco por debajo de otros temas de
este disco. Tampoco tiene nada de malo y es muy sólida, así que me gusta.
Sigue otro original, Hold
Me Tight, que tiene una melodía bastante bastante idiota. Lo único que
rescato son los coros que responden con «hold», «me tight» y «tonight», pero no
por ser buenos sino porque, cuando dicen «tonight tonight» me suena como «tutá
tutá». Sin dudas, hasta los Auténticos decadentes le hubieran dado más gracia a
esta canción. Sigue otra versión, en este caso You Really Got a Hold on Me de Smokey Robinson que, aunque instrumentalmente
ofrece un poco más que Mr. Postman,
su mérito sigue estando en la conjunción vocal. Ese colchón de tres voces es
tan dulce e irresistible como un postre de tres leches. Asociación pelotuda,
pero el mejor camino al corazón de una persona es a través de su estómago, así
que seguramente los incité a escucharla. Tarea cumplida. ¿Y qué sigue tras un
tema original y un cover? Pues un cover a un tema original de ellos mismos. I Wanna Be Your Man es un tema de medio
pelo que nuestra dupla favorita compuso para los Rolling Stones, pero que al
final decidieron grabar también y dejársela cantar a Ringo. Lo hace bien y el
tema tiene energía en general, pero se nota que los Stones estaban más cómodos
con él. Los Beatles lo hacen zafar por los pelos, sinceramente. Devil in Her Heart es de un tal Richard Drapkin,
y está cantada por Harrison. La guitarra vuelve a tener aires españoles como en
Till There Was You, pero sin llegarle
a los talones. Lo más destacable es cuando canta «I’ll take my chances/for
romance is/so important to me/she’ll never hurt me/she won’t desert me/she’s an
angel sent to me» que, en conjunto con las armonías, parecería querer elevar la
intensidad y crear algo similar a una tensión. El asunto es que los Beatles no
son los Doors en este apartado, así que se queda muy a medias. El último
original del disco es Not a Second Time,
en el que la voz y el piano parecerían ir a tiempos diferentes, lo que crea un
efecto de disonancia muy particular. También me llama la atención que, cuando
el piano queda solo, suena con un efecto grave y algo estremecedor, al estilo
de futuros temas de John Lennon solista o de cosas como Holocaust de Big Star (solo que sin ser lacrimógeno en absoluto).
No es un tema vanguardista ni nada parecido a los experimentos que harían en su
época más madura, pero suena bastante poco común para una canción de 1963 grabada
por un grupo popular. Con respecto a si me gusta o no el temita, me encanta.
Cerramos con una versión de Janie Bradford y Berry Gordy: Money (That’s What I Want). Es tan sarcástica que uno juraría que
es un tema de John, pero claro, todavía no había conocido a Bob Dylan, así que
aún no experimentaba con la prosa. Tiene un riff de piano que encuentra ese
imposible punto medio entre amenazar al escucha e invitarlo a pasar un buen
rato, Lennon canta con mucha sorna y contagia buen humor, después del minuto y
medio se escucha un grito de fondo que parece una armónica y, en general, todo
el conjunto vocal e instrumental resulta arrollador y preciso. Muy buen final.
Entonces, y como dije en la primera línea de la reseña, este disco es un avance. Un avance pequeño, pero un avance al fin y al cabo. Los temas más flojos son más flojos que los más flojos del debut, pero los puntos más altos son más altos que los más altos del debut (nunca repitan esta frase tres veces seguidas frente al espejo). De hecho, en términos de consistencia le pondría un nueve al álbum, pero eso ya sería entrar en el territorio de «obra maestra», y acá hay limitaciones importantes como para darle semejante consideración, así que en balance queda como un progreso diminuto para lo que pudo haber sido. Igualmente, estamos hablando de una banda que siempre evolucionó disco a disco de una forma u otra, y el primero ya era bueno y recomendable, lo que significa que este tiene que serlo todavía más. Y lo es. Larguen sus prejuicios sobre la primera etapa Beatle y disfruten de esta buena música retro que sigue sonando moderna. Retromoderna.
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